Marcelo Schamy fue el último de su familia en emigrar a un país que lo recibió hace 36 años y en el que logró invertir y emprender en varios rubros. “Acá la esperanza no es una estrategia”, dijo a TN.
15 de octubre 2023, 05:58hs
Marcelo Schamy sabe de emigrar, invertir, equivocarse y volver a empezar. Su vida, que nació en Mendoza y continuó su crecimiento en Buenos Aires, encontró su punto de inflexión cuando a sus 20 años debió tomar una serie de decisiones que marcaron su futuro.
Instalado en Estados Unidos junto a sus cuatro hijos y su pareja, derrumba la idea del sueño americano si antes de buscarlo no se investiga lo suficiente como para entender que lo que funciona en la Argentina allá puede convertirse en un fracaso.
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“En la Argentina, previo a instalarme en Estados Unidos, vivía en Palermo Hollywood, en la calle Gurruchaga, entre Honduras y Gorriti. Nací en Mendoza, pero antes de los seis meses me llevaron a Buenos Aires. Viví allí hasta los 20 y pico”, explicó Marcelo a TN.
El empresario eligió el suelo estadounidense luego de que toda su familia comenzara un proceso de mudanza que iniciaron en los 70 sus abuelos, Sam y Silly, quienes años más tarde fueron reconocidos dentro de la colectividad en Miami.
“Una vez mi abuelo visitó a su familia en Los Ángeles y dijo ‘a mí me gusta esto’. Dejó Entre Ríos, provincia en la que vivía, y se fue. Los veníamos a visitar todos los años. En los 80 se instalaron en Miami”, recordó Marcelo.
Para cuando él tenía 20 años, el que tomó la decisión de irse fue su papá. “Trabajó durante 50 años y quedó con una deuda muy grande. La pagó, se quedó sin nada y se fue junto a mi mamá y mis hermanos. Yo estaba estudiando Sistemas, tenía novia, y no quise moverme de la Argentina. Todos se fueron y me quedé solo”, relató.
Le pidió a su padre el listado de clientes que dejaba antes de emigrar y comenzó a importar mercadería. Marcelo armó su propia distribuidora para repartirla. “Compraba licencias, por ejemplo, los personajes de Los Simpson. Luego me dediqué a la venta de plantas: llegué a tener un vivero enorme, en Corrientes y Medrano, con más de 30 empleados”, indicó.
Sus contactos directos con Estados Unidos le permitieron importar no solo materia prima sino ideas superadoras. Hasta que a él también lo saturó el sistema argentino -sufrió la hiperinflación- y decidió mudarse junto a su primera esposa.
“En Argentina todo costaba una fortuna. Me acuerdo de que antes de irme vendí el microondas usado en 400 dólares y en Miami compré uno mejor por 80. Yo no tenía inglés, no hablaba del todo bien, pero con los años lo fui perfeccionando”, admitió.
Una nueva vida en Estados Unidos
Marcelo emigró hace 36 años y en su primer matrimonio fue padre de Elizabeth y John. Luego se casó de nuevo y crio a Lucas (hijo de su exexposa) y volvió a ser padre con el nacimiento de Lara.
Su incursión en Miami lo llevó a abrir Osmar Electronics, un negocio de electrónica ubicado en el downtown de la ciudad. Su padre tenía otro comercio similar, también exitoso, llamado Electroland.
“La gente nos visitaba, era muy lindo y divertido. Pero antes de 2001 cerramos la venta al público, y a partir de ahí comenzamos a operar de manera online. Fuimos los primeros en aplicar la tecnología en el comercio y sacamos un rédito importante”, reveló.
En 2008, tras el derrumbe financiero que arrastró el mercado inmobiliario, halló una nueva oportunidad en el rubro de los bienes raíces. “Estaba bien armado y agradezco no haberme metido antes, podría haberme comprado un problema”, sostuvo.
Cinco años más tarde, luego de que Detroit saliera del colapso, decidió mudarse allí para fundar junto a un socio la empresa IDG Homes, la cual le permitió operar con Sudamérica, Europa y Asia. Luego vendió su parte y continuó dedicándose al desarrollo inmobiliario y a la representación de franquicias en el país.
Sus diez consejos para no fracasar en la búsqueda del sueño americano
En la actualidad, Marcelo tiene pocos días rutinarios. Le gusta comenzar el día con actividad física en el gimnasio o caminar a las 7 de la mañana en la playa, siempre con el celular en la mano, el cual se convirtió en su oficina y le entrega total flexibilidad.
“Estoy en pareja con Nazarena Nóbile. Ella tiene una productora que le genera mucho trabajo. Afortunadamente, nos entendemos y apoyamos mucho”, destacó.
Para los argentinos que desean instalarse en Estados Unidos e invertir una suma importante de dinero en algún negocio, Marcelo precisó la importancia de “hacer la tarea” y entender que “la esperanza no es estrategia”.
“Hay que hacer números. Llegaste acá, tenés plata, estás en la llanura, sin tormenta ni viento. No hay que creer que uno se lo sabe todo. Y siempre aconsejo: entre inventar y copiar un éxito, mejor copiar un éxito. Las franquicias en Estados Unidos tienen 20 años de experiencia, ya probaron lo que funciona y lo que no funciona”, remarcó.
El empresario argentino estableció un listado de 10 consejos:
1) No intentar inventar nada. En este país está todo hecho, por lo tanto recomiendo copiar éxitos locales.
2) Antes de realizar una maniobra sin información, con alto riesgo de equivocarse, mejor esperar a estar seguro en lo que se desea invertir.
3) Estados Unidos es el cementerio de los campeones. Trasladar un modelo que funciona en Argentina no garantiza el éxito, más bien el fracaso.
4) No pedir préstamos hipotecarios de manera irresponsable. El crédito no es una forma de compra sino una herramienta financiera.
5) No comprar con pasión o por intuición. Hacer números y analizar los promedios estadísticos es fundamental.
6) No comprar como si usted fuera a vivir allí. Si es una inversión, solo cuenta lo que es un buen negocio. No es lo mismo comprar que invertir.
7) No se preocupe si vendió y aumentó. Mientras obtenga una ganancia no está perdiendo dinero.
8) No intente ahorrar en profesionales. Ahí está la clave del éxito.
9) No espere trabajar menos: la recompensa llegará en el momento indicado.
10) Como dije antes: la esperanza no es una estrategia. En Estados Unidos todo está fríamente calculado. Y hay maneras de hacer un análisis previo a una inversión antes de tomar una decisión.