¿Qué vimos cuando ayer escuchamos Now and Then? Vimos otra vez a Sir Paul McCartney sacándole lustre a su estatua en el panteón del Arte. Estos no son Los Beatles. Los Beatles son una lección de Historia.
Si las obras actúan cuando uno se aleja de ellas, eso es algo que aprendimos, y hasta el hartazgo, con Los Beatles. No hay piedad, no es justo que después de más de medio siglo y algo así como 3.000 versiones, uno haya tenido el derecho de cansarse de Yesterday y, de golpe, le vengan con la noticia de una nueva canción de los Beatles.
Estos no son Los Beatles porque cuando escuchás Now and Then, la pregunta que inquieta es cómo fue hecho. Seduce más el sistema que inventaron para conmover que la música propiamente dicha.
No pueden serlo, porque tratándose de Los Beatles la desproporción tecnológica es demasiado inmensa para andar fingiendo demencia.
No lo son porque este tipo de «libertad» sólo crea sentimientos mezclados y hace que te preguntes si el arte debe ser salvado. Como público, además, fabrica en nosotros un problema indisimulable que se roba toda la atención.
La canción está bien, es linda, provoca una súbita emoción al escucharla por primera vez. Pero no son los Beatles. No sólo por la obviedad de que John Lennon y George Harrison estén muertos. No lo son como tampoco lo eran en Free as a Bird o en Real Love, lanzadas a mediados de los ’90.
La inteligencia artificial
El nuevo single de Los Beatles «Now and Then» se convirtió en tema de charla en todo el mundo. Foto: AP/ Kin Cheung) En Now and Then tampoco son los Beatles porque a la inteligencia artificial no se le pone la piel de gallina y aquí parece haber mezclado los algoritmos de dos Lennon: 60% Julian, 40% John.
No, no lo son porque el tema sale de un casete que supuestamente John le dejó a Paul a fines de la década del ’70. Un detalle no menor: el casete llegó a manos de McCartney a través de Yoko Ono.
La muerte de Lennon podría ser un buen pretexto. Podría. Pero no son los Beatles, porque con los obras póstumas uno conoce el deseo y la ambición de los herederos, no de los artistas.
Esto no es los Beatles por la sencilla razón de que el casete se grabó cuando el grupo llevaba casi una década separado. Cabe intuir la canción podría haber ido a parar a un disco solista posterior a Double Fantasy, séptimo y último álbum de Lennon editado en vida. De ser así, seguramente, John no hubiera querido que esto se confunda con Los Beatles.
No son los Beatles porque algunos dicen que Now and Then les recuerda a Coldplay o a Radiohead. Y no al revés. O porque el tema, leemos en redes, «esta a la altura del mejor brit pop”.
No son los Beatles porque si lo fuera, Taylor Swift no existiría como estrella mundial.
Paul McCartney y Ringo Starr. Los Beatles vivos contaron con el apoyo de las familias de John Lennon y George Harrison para «Now sand Then». Foto: Reuters No y no porque la guitarra de George –que no es la guitarra de Lolo- está tocada por un genial imitador (Paul ejecuta el slide «a la manera de»), pero no por Harrison, aunque sí haya quedado alguna de sus tomas. No son los Beatles, y encima lo son un poco menos que cuando grabaron Real Love o Free as a Bird, cuando Harrison aún estaba vivo.
No son Los Beatles, pese a que el último mes hayamos sido contemporáneos de un nuevo álbum de los Rolling Stones y de una «nueva» canción de Los Beatles.
Ni siquiera lo son por más que vivamos en un tiempo donde podríamos afirmar, por vez primera, que hemos escuchado un tema de los Beatles exactamente el día de su lanzamiento global.
No lo son porque sabemos que se separaron cuando estaban todos vivos y porque sabemos que lo que la muerte separa, sólo el recuerdo lo une.
No, por más que el tema sea una buena excusa para que tu hijo explique cómo hace para escuchar a Duki. Estos no son los Beatles por más que hayamos nacido escuchándolos. Y por más que pensemos morir haciéndolo.
John Lennon. Su voz fue tratada con inteligencia artificial para «Now and Then». Tampoco estuvo George Martin, el famoso quinto beatle. ¿Pueden entonces ser Los Beatles? No. Y no lo son por más que McCartney se empecine en seguir haciéndonos creer que él era los Beatles.