La mañana de ayer en el Puerto de Ushuaia se convirtió en un triste recordatorio de cómo la actividad turística, el motor económico de la ciudad, puede verse gravemente afectada por medidas de fuerza gremiales que carecen de proporción y razonabilidad. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) decidió impedir el acceso de turistas al muelle de catamaranes, interrumpiendo sus planes de excursiones por el Canal Beagle.
Es importante recordar que el turismo es la principal actividad de desarrollo local en Ushuaia. No se trata de una industria más; es el corazón de la economía de la capital provincial. Directa o indirectamente, beneficia a más del 90% de los ciudadanos de la capital fueguina. Es una fuente crucial de empleo, una vía para la promoción de nuestra cultura y belleza natural, y un sostén para numerosas empresas y emprendedores locales.
Ante este panorama, es fundamental que cualquier medida de fuerza que tome un sindicato tenga en cuenta la importancia del turismo para nuestra ciudad. Impedir el acceso de turistas a las excursiones no es solo un acto de protesta; es un golpe directo a la economía de Ushuaia y a la subsistencia de quienes dependen de esta industria.
Desde este medio entendemos y respetamos el derecho de los empleados estatales a manifestar sus reclamos. Sin embargo, la sociedad también espera que estas medidas de protesta sean proporcionales y razonables. Un bloqueo completo del muelle de catamaranes no cumple con estos criterios. Entonces, resulta necesario buscar formas de protesta que no pongan en peligro el flujo de turistas y, por ende, el sustento de miles de familias locales.
Es hora de encontrar soluciones que permitan la coexistencia de las legítimas demandas de los empleados estatales con el flujo constante de visitantes que contribuyen al bienestar de Ushuaia. La medida tomada ayer, sin duda, envía un mensaje negativo a quienes buscan en nuestra ciudad una experiencia única y memorable.
En una ciudad que se enorgullece de su hospitalidad y su belleza natural, no podemos permitir que las medidas de fuerza afecten la percepción de los turistas ni amenacen a las fuentes de desarrollo local que nada tienen que ver con administración pública. Es responsabilidad de todos, incluyendo a los sindicatos, trabajar juntos para asegurar un equilibrio adecuado y proteger el presente y futuro de Ushuaia.