Tras la advertencia de Estados Unidos y el acuerdo que sellaron Javier Milei y una jefa militar estadounidense para una base naval integran en la Antártida, Neuquén salió a sentar su postura por la Estación Espacial China que hay en la provincia. El gobierno de Rolando Figueroa pidió «máxima transparencia» en las actividades, respetar los contratos y alentó a que el Gobierno nacional haga controles.
En un comunicado, el gobierno neuquino expresó que «es imprescindible garantizar la seguridad jurídica en el cumplimiento de los contratos y acuerdos establecidos. También que debe asegurarse la máxima transparencia en el desarrollo de las actividades que son objeto de dichos acuerdos».
«De frente a la sociedad argentina en general y la sociedad neuquina en particular, deberán realizarse -de ser necesarios- todos los controles pertinentes por parte del Gobierno nacional argentino, para asegurar el cumplimiento efectivo de todos aquellos ítems incluidos en los acuerdos y garantizar, al mismo tiempo, que no existan posibilidades de ninguna actividad que no se encuentre debidamente contemplada», se lee en el documento.
Además, la secretaria de Planificación y Vinculación Institucional de la Provincia del Neuquén, Leticia Esteves, ratificó que «este gobierno tiene un inquebrantable compromiso de transparencia con la sociedad toda y este caso no escapa a esa premisa».
Según pudo saber Clarín, de altas fuentes oficiales, la Casa Rosada ya está «revisando» la letra del contrato firmado con China para evaluar las medidas a tomar. «Estamos revisando el contrato, no es claro. Ocurrió algo raro con la base y se les dio un territorio donde prácticamente no se puede entrar», explicó un alto funcionario.
El embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, había sembrado dudas sobre las actividades en el interior de la estación espacial.
«Con respecto a los chinos, me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué. Tengo entendido que se trata de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí», aseguró el diplomático en diálogo con La Nación.
Neuquén aclaró que la Estación es un proyecto de la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). «El 22 de diciembre de 2012 se firmó un acuerdo tripartito entre esos organismos y la provincia del Neuquén; al año siguiente comenzó la construcción; en abril de 2015 se iniciaron las tareas de montaje de la antena y comenzó a funcionar en 2017», explicó.
El «alineamiento natural» de Argentina con Estados Unidos
El comunicado de Neuquén llegó después de que el presidente Javier Milei anunciara que el Gobierno hará una inspección en la base china. El jefe de Esatdo buscó darle una señal a Estados Unidos después de la presión que ejercieron los norteamericanos para que Argentina se desligue de su alianza estratégica integral firmada con China.
En ese sentido, también aprovechó para enviar un mensaje a la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, la generala Laura Richardson, que visitó el país para reforzar los “lazos de cooperación” en seguridad y defensa, pero que se hizo eco de las declaraciones de Stanley.
No fue casual: la generala no desaprovecha oportunidad alguna para despotricar contra la base de exploración del espacio profundo que los chinos levantaron en la provincia de Neuquén y que tiene una autonomía inaudita.
Por eso, Milei aseguró que «los argentinos como pueblo tenemos una afinidad natural con los Estados Unidos». Horas más tarde ratificó en una entrevista con Bloomberg: «No voy a estar alineado con comunistas. ¿Hay alguna duda de que estoy alineado con Estados Unidos y con Israel?». Sin embargo, recordó que «renunciar a China es difícil, incluso para el anarcocapitalista argentino«.
En su discurso, Milei declaró: «Muchos gobiernos de la Argentina, de distintos signos políticos, en las últimas décadas, se han llenado la boca hablando de soberanía, pero no han hecho nada por ella«.