Diez efectivos de la policía Bonaerense fueron detenidos por el travesticidio de Sofía Fernández, una mujer trans de 39 años que fue hallada sin vida en una comisaría de Pilar en abril del año pasado. Los acusados serán indagados este jueves por los delitos de homicidio calificado por odio a la identidad de género y encubrimiento.
Cuando se dio a conocer el hallazgo del cuerpo de la víctima en el buzón externo de la Comisaría 5ta de Presidente Derqui, dependencia en la que estaba detenida acusada de robo por escalamiento, los policías de la seccional informaron a sus superiores que había fallecido de muerta súbita. Sin embargo, la autopsia reveló que había sido asfixiada, provocando un cambio de rumbo en la investigación que señalaba como implicados a los oficiales en el hecho, quienes fueron acusados de haber encubierto el asesinato como un suicidio.
A un año del hecho cuya causa está a cargo del fiscal de investigación de drogas ilícitas de San Isidro, Esteban Álvarez, y de Manuel Cayuela y Victoria Santamaría, del área de género, el Ministerio Público Fiscal solicitó la detención de los diez efectivos, de los cuáles solo cinco están acusados de homicidio calificado por odio a la identidad de género, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser perpetrados por miembros integrantes de la fuerza policial. Los otros cinco son señalados por el delito de encubrimiento calificado por resultar el hecho precedente especialmente grave y por ser perpetrado por miembros integrantes de la fuerza policial.
Los detenidos están encabezados por el jefe de la dependencia, Daniel Eduardo Salerni. Asimismo, los otros nueve oficiales son Miriam Valor, Gabriela Miño, Camila Pitulak, Gustavo Gabriel Camacho, Carlos Rodríguez, Yésica Isabel Núñez, Viviana Ruiz, Gonzalo Germán Robles y Ezequiel Francisco Ávalos Ibáñez.
Qué dice la pericia
«La muerte se debió al accionar de tres o más personas al unísono, mediante la reducción de la víctima por golpes de objetos duros y romos en torso y dorso, con una contusión de alta energía cinética en el rostro, que ocasionó un trauma nasal y mandibular que aseguró su inconsciencia«, indica el informe pericial realizado a Sofía.
En esa línea, los peritos advierten sobre la existencia de dolo en el crimen: «No cabe duda además de que fue violenta y fuertemente sujetada por sus cuatro miembros dada la presencia de huellas de prehensión algunas con improntas ungueales».
Además, el equipo de expertos no pasa por alto que de la mano de esa violencia física haya habido una posible agresión sexual: «No se puede descartar la concurrencia de maniobras de abuso sexual por vía anal dado los hallazgos cito genéticos«.
Por su parte, el abogado de los familiares de la víctima, Ignacio Fernández Camillo, reafirmó que «por lo que se tiene conocimiento varias personas sujetaron a Sofía, le taparon la boca con un pedazo de colchón y ropa íntima, la golpearon en la cara y en el cuerpo y la muerte fue por asfixia«.
Sobre la orden de arresto a los oficiales luego de doce meses el letrado expresó que se trata de «un avance fuerte», y celebró el alcance de la invetigación y del accionar de la Justicia: «Esta medida es producto de haberse acercado mucho a la verdad». Este jueves a partir de las 8 de la mañana se espera que los acusados sean indagados por el Tribunal de San Isidro.
El crimen de Sofía Fernández
El sábado 8 de abril de 2023, unos oficiales de la Bonaerense se apresentaron en la casa de Sofía para constatar el domicilio luego de arrestarla. Uno de los efectivos le informó a su hermana que se encontraba en la comisaría porque la habían encontrado «perdida», que la llevaron solo por averiguación de antecedentes y que iba a quedar libre. Aunque luego otro de los policías afirmó que había sido detenida por robo.
Pasado el domingo, Sofía nunca volvió a su casa. Ese lunes siguiente, su hermana fue hasta la comisaría 5ta de Derqui y le dijeron que continuaría detenida, por un robo con escalamiento. En ningún momento le permitieron a la familia comunicarse personalmente con ella ni verla.
Al día siguiente, el martes por la madrugada, efectivos de Gendarmería llegaron a su casa, junto con una psicóloga del municipio de Pilar. Les comunicaron que Sofía había muerto en la celda a causa de muerte súbita o un paro cardíaco. Incluso cuando luego la autopsia arrojó una muerte por asfixia traumática, no les permitieron reconocer el cuerpo, al cual sólo tuvieron acceso cuando llegó a la sala velatoria.