A una semana de la masiva marcha universitaria, y por presión opositora, la comisión de Educación de Diputados empezó a debatir un proyecto de financiamiento universitario que presiona al Gobierno, mientras negocia con el Consejo Interuniversitario Nacional. Apuntan a dictaminar en dos semanas.
Los legisladores de los distintos partidos políticos coincidieron en que el presupuesto universitario está en crisis y hay que aumentarlo, pero el eje de la discusión giró en torno a la celeridad para avanzar con el dictamen.
«Es urgente resolver el financiamiento universitario. Pero también se proponen fórmulas para asignar ese presupuesto. No vaya a ser cosa que por apurarnos nos arrepintamos como con la ley de alquileres, que todo lo votado estuvo mal», aseguró el presidente de la comisión, Alejandro Finocchiaro (PRO), sobre el final de la reunión.
Fue la introducción para anunciar que el martes 7 habrá una primera reunión informativa -se citará al Subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez- y el martes 14 una segunda informativa con actores de la educación. «Y ahí veremos de pasar a una reunión de diputados», señaló.
Sin embargo, el proyecto también necesita el aval de la comisión de Presupuesto, presidida por José Luis Espert, que dilata la convocatoria.
El principal acuerdo entre los legisladores es declarar la emergencia presupuestaria del sistema universitario para 2024 y ordenar una urgente actualización por inflación de las partidas actuales.
Pero el proyecto de la legisladora radical Danya Tavela, integrante del espacio del vicerrector de la UBA Emiliano Yacobitti, va un paso adelante.
Propone fijar una fórmula para próximos ajustes: que se respete la relación de 85 % para gastos de salarios y 15 % para gastos generales, y que los fondos para esos gastos generales se actualicen bimestralmente con una combinación de inflación (50%), variación de la cotización de la divisa de referencia para importación (25%) y la variación promedio de las tarifas de servicios públicos (25%).
El debate
La oposición recordó el pedido de Javier Milei a Sergio Massa, cuando ambos eran candidatos presidenciales, para que no envíe el Presupuesto 2024 hasta que no estuviesen los resultados del balotaje.
«La decisión que ha tomado el Poder Ejecutivo de prorrogar el presupuesto 2023 coloca a las universidades públicas frente a una situación económica más que crítica. En el primer cuatrimestre vemos que el presupuesto devengado que tienen la mayoría de las universidades está entre el 95 y el 123 % respecto del presupuesto vigente«, señaló Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica).
En el mismo sentido ahondó Tavela: “Las sesenta universidades no pueden estar yendo cada quince días a ver al secretario de Educación, para luego pasar por Economía y Tesorería General. No porque no lo puedan hacer, sino porque se necesita poder planificar. Planificar requiere saber con qué recursos se cuenta«, sentenció Tavela.
Unión por la Patria y la Izquierda presionaron para que los plazos de discusión sean más cortos y por incluir en el debate el tema del Fondo de Incentivo Docente (FONID) y el fondo compensador.
«Pongamos la informativa pero no nos vayamos en el tiempo. Como máximo el jueves 15 de mayo tenemos que estar dictaminando. Y establecer un límite para que José Luis Espert deje de pedalear este tema, sensible para todos», sentenció Germán Martínez, jefe de la bancada peronista.
El único libertario que habló fue el diputado Santiago Santurio, quien reconoció que el «problema presupuestario hay que reverlo», pero aclaró que no se trata solo de «transferir».
«No es solo transferir, sino que esas transferencias sean sostenibles económicamente, que tengan un impacto que sepamos que esos fondos van a mejorar la calidad educativa. Porque si no es como los 190 días de clase obligatorios, que no se cumplen en la realidad, es más declamativo que otra cosa. Hubo un aumento de 70% y ahora en mayo habrá otro de 70%. Desde septiembre de 2022 los fondos estaban congelados«, defendió Santurio.
Pero Christian Castillo (FIT) lo cruzó: «Hubo una inflación del 300% entonces no hable de aumentos, es un recorte. Usemos los términos como son para no herir la inteligencia de todos. Y si quieren los 190 días de clase dejen de pagar los salarios de hambre».