La Fragata ARA Libertad, el emblemático buque escuela de la Armada Argentina, se quedará en puerto este año y no realizará sus habituales y pintorescos viajes por el mundo entero, y que resultan a la vez valiosas practicas para los jóvenes cadetes que se reciben en la Marina.
Desde el Ministerio de Defensa, que comanda Luis Petri, se dio la orden de que se restrinja la salida por razones presupuestarias y porque el popular buque, que suele ser atracción para visitantes en los puertos que ataca, tendrá también que enfrentar una serie de reparaciones, sobre todo de dos motores.
«La Fragata es muy querida, pero nadie te regala nada», sostienen en Defensa ante el lema de que «no hay plata» para enfrentar ciertos gastos. Sólo los pagos de permisos para amarrar y permanecer en puertos civiles pueden consumir un millón de dólares anuales, sin contar el combustible, viáticos del personal, alimento.
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La Fragata Libertad en Puerto Belgrano, en el Día de la Armada
La inmovilidad de la ARA Libertad generó inquietud en la comunidad de uniformados porque en abril no se la vio zarpar como en otras oportunidades a algunas actividades internacionales de velas en las que suele participar. Esta vez no será así.y ello generó preocupaciones porque la falta de salida al mundo de los cadetes de las últimas promociones también significa menor capacitación para los mismos. Los uniformados afirman que en este 2024 igual se harán algunos viajes con los cadetes por puertos nacionales.
La Fragata es conocida por sus viajes por todos los continentes, con el único intervalo de su maltrato de 77 días en Ghana. Fondos de inversión, conocidos como «fondos buitres», lograron retenerla por 77 días desde fines de 2012 con el propósito de embargarla para el pago de la deuda argentina.
Tras un largo trámite internacional de expertos argentinos contratados por Cancillería, la Organización Marítima Internacional (OMI) certificó que la Fragata Liberad era buque militar y por lo tanto es inembargable, y el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, ordenó al país africano su liberación. Luego entró en reparación y volvió a navegar por el mundo entero, pero por razones presupuestarias también sus viajes iniciales de siete meses se fueron reduciendo.
El plan ahora es movilizar la Fragata para el mega desfile militar del Gobierno del próximo 9 de Julio, Día de la Independencia. Tendrá lugar en Buenos Aires, según los planes del gobierno libertario. La última vez que se la vio fue la semana pasada, el 17 de mayo en el Día de la Armada. Fue en Puerto Belgrano, durante una ceremonia en la que participaron Petri, el brigadier general Xavier Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto y el jefe de la Marina, contralmirante Carlos Allievi.
Cambios en la cúpula antártica
Tras una larga cadena de especulaciones, el brigadier general Xavier Isaac decidió compensar a la Armada con un cambio de jefatura del Comando Conjunto Antártico, que ahora conducirá el capitán de Navío Maximiliano Mangiaterra. Se considera un premio para los marinos que ponen sus instrumentos y su logística para las campañas en el Atlántico Sur, pero desde hace una década aproximadamente no tenían el mando.
Para ello, se decidió retirar a su ahora ex jefe, general de Brigada Edgar Calandi, una salida elegante aunque esperada. Calandi es de Ejercito y estuvo cuatro años al frente de la operación antártica, que terminó con éxito pese a la falta total de presupuesto con que operaban las fuerzas ya en diciembre de 2023.
Su caso es como el de otros casi veinte militares que, por la falta de ascensos durante el gobierno de Alberto Fernández, quedaron con menos rango que sus actuales jefes y finalmente fueron pasados a retiro. Calandi ni llevaba 40 años en actividad.
Mangiaterra estuvo varios años al frente del rompehielos Almirante Irizar. Actualmente prestaba servicios como director de Servicios Marítimos.