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El día en que le dijeron a Fabiola que Alberto Fernández había muerto

En un apartado titulado “Separación. Viaje a España. Más hostigamiento y amenazas”, Fabiola Yañez contó un particular episodio vivido desde que se encuentra radicada en Madrid, todo enmarcado en los hechos de violencia de género que le atribuye al ex presidente de la Nación. Durante dos meses, Alberto Fernández la amenazó, según declaró en la justicia, con suicidarse. Un día sonó el teléfono y le dijeron que el ex presidente había muerto. Los frenéticos llamados, la violencia psíquica a la que dijo haber sido sometida, son parte de los hechos descriptos ante la justicia federal.

El lunes por la mañana ingresó a la fiscalía federal a cargo de Ramiro González, un escrito que lleva la firma de puño y letra de la ex primera dama del país. En él hizo una extensa enumeración, en la que habló de maltratos, hostigamiento, desprecio, agresiones y golpes, que “resultaban ser una constante”. A continuación dijo que todas esas conductas por parte de Alberto Fernández, eran una “habitualidad”, lo que habrían producido “indudables secuelas de carácter psicológico”.

Con más detalles del padecimiento sufrido, la ex primera dama señaló que todo ese contexto la condujo a, por extensos períodos, recibir tratamientos psicológicos y también psiquiátricos que incluyeron la prescripción de medicamentos.

A la hora de referirse al hostigamiento y a la coacción sufrida por parte del ex Jefe de Estado, habló de los últimos meses juntos y su radicación en España. La distancia no apaciguó los ataques y las amenazas: «Todo fue peor y comenzó a maltratar al niño», añadió.

“Los últimos seis meses en los que aún vivía en Argentina, él vivía furioso. Ya estábamos separados y estaba claro que el destino sería España porque estaba convencido que si ganaban las elecciones presidenciales, se podría ir a dicha embajada, y me tendría cerca”, relató en su escrito Yañez.

Sin embargo, dijo que Fernández no la dejaba ir, “fueron meses en donde me mantenía ahí bajo la constante promesa que al otro día me llevaban, y así pasaban los meses y yo seguí ahí, viviendo todo este maltrato, sin poder irme con mi hijo”.

Cuando, finalmente, logró viajar a España, la ex primera dama dijo que no recibió ningún tipo de colaboración por parte del padre de Francisco, “no me ayudó con los trámites, de hecho me revocó el pasaporte diplomático mío y de mi hijo, creo que en parte como otro modo de castigo y control”.

En ese marco, Fabiola Yañez contó que una vez instalada en Madrid, alquiló un departamento pequeño en el centro, “que comparto con mi madre y mi hijo que son mi único sostén y asistencia”.

Tanto en su escrito como en la declaración testimonial que brindó ante la fiscalía y que demandó más de tres horas y medias, la ex primera dama dijo que vive “con temor a salir a la calle y el último tiempo en España desde que esta causa salió a la luz, he vivido situaciones de terror como el día sábado 10 de agosto en donde por algún sistema de inhibidores o algún otro mecanismo que desconozco, en los alrededores de mi vivienda no podía utilizar celulares”.

«Alberto murió»

Los celulares fueron un elemento determinante en esta causa: las primeras imágenes que revelaron que ella fue víctima de hechos de violencia, aparecieron en el teléfono de María Cantero -ex secretaria de Alberto Fernández-. Además, Yañez denunció haber recibido a su línea personal, amenazas y mensajes intimidatorios, de forma diaria, constante por parte del ex mandatario. Y la última semana, fue su dispositivo el que secuestró el juez federal Julián Ercolini.

Su relato siguió y brindó un dato llamativo: “desde que finalmente me mudé a España con mi hijo, el acoso de Fernández no ha parado nunca, llamándome a cualquier hora, se enoja con mi hijo si no lo quiere atender o si lo atiende y no le habla, ahora ha comenzado a gritarle al niño en forma desaforada «para que me atendés si no me hablas» y ante mi reproche de que por favor no lo maltrate, me dice que los gritos no son hacia nuestro hijo, sino que son para mí. También es mi culpa que un niño de 2 años no quiera hablar por teléfono”, detalló.

Señaló que en el mes de junio, aproximadamente, el ex Presidente “empezó a amenazar con que se iba a suicidar. Hay gente de su entorno que manipula esto para que yo me asuste y me sienta responsable de todo. No les basta que esté sola con mi hijo, que también tengo que sentirme responsable de lo que le pasa a él, cuando nunca fui la que inicio esto, ni participe de los actos y hechos de corrupción por los que se lo investiga”.

Los llamados telefónicos con amenazas no fueron sólo desde la línea personal del ex Jefe de Estado, según contó en sede judicial, sino que también los mensajes de hostigamiento fueron a través de terceras personas.

Entre esas constantes comunicaciones, señaló que un día la llamaron “para decirme que se había muerto (por Alberto Fernández)”, sin entender demasiado la situación, Fabiola Yañez actuó enseguida. Dijo que llamó al medio hermano del ex Presidente, “lo llamé desesperada para que vaya a verlo. Siempre lo protegí, porque sé que es el padre de mi hijo y porque es parte del daño psicológico que los golpes y el maltrato me produjeron: sentirme responsable y culpable de todo lo que pasa”.

Fueron minutos de preocupación extrema y temor. Ante el fiscal Ramiro González cuando ratificó todos estos dichos, señaló que continúa “viviendo con miedo”, sobre todo por su hijo: “Si a mí me pasa algo, quién se va a ocupar de él” y con la voz quebrada, contó que una de las amenazas constantes por parte de Fernández, “es que me quitará a mi hijo”.

Por todo esto, consignó, “fue que inicialmente en la primera declaración ante el juez Ercolini no quise instar la acción, porque así me lo pidieron. Después de ese día todo siguió peor, me llamaba para decirme que quería ver al nene o se iba a matar, me decía: «te voy a hacer pasar por enferma, terminemos esto de una vez por todas» y volvía con la idea del suicido”.

En este punto hizo una vinculación con los hechos de violencia que denunció haber vivido, no sólo en la quinta de Olivos sino también, en el departamento de Puerto Madero a partir de 2016, cuando comenzaron a convivir. “Lo mismo solía hacer cuando yo le reclamaba por sus golpes, lejos de negarlo o rebatir decía que él estaba mal, que le costaba respirar, que se iba a morir. Siempre era mi culpa. Por eso, para frenar este acoso y sobre todo para proteger a mi hijo, decidí finalmente el 6 de agosto denunciar”.

«No te vas a llevar a mi hijo»

Con la causa penal abierta y Alberto Fernández imputado por el delito de lesiones leves en reiteración, en el marco de hechos de violencia de género, Yañez dijo que la situación sólo empeoró: “Y ahí comenzaron nuevamente sus amenazas coactivas, en esta oportunidad, además de victimizarse, en sus mensajes, me decía que si hacíamos un comunicado conjunto, tendría el futuro de mi hijo y el mio solucionado. Yo no quería un comunicado, quería la verdad como una forma de proteger a mi hijo”.

El último período que vivieron en la quinta presidencial de Olivos, según el relato de la ex primera dama, en varias ocasiones le dijo a Fernández que quería irse: “Me decía que no me iba a llevar a mi hijo a ningún lado” y que esa amenaza era constante, incluso las últimas semanas hasta que la justicia federal le prohibió al ex Jefe de Estado comunicarse bajo cualquier circunstancia y modalidad.

Uno de los temores actuales de Yañez, según manifestó durante la audiencia ante el fiscal González, es ser “víctima de violencia económica, porque vivo aterrada de no contar con el dinero para pagar el alquiler, la escuela de mi hijo. Yo quiero trabajar pero actualmente eso es imposible en España y no puedo ni quiero actualmente volver a Argentina, pese a que es un costo altísimo al estar separada de muchos de mis afectos y al obligar con ello a mi madre a estar separada del resto de su familia”.

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