En medio de la avanzada ultraconservadora en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, la canciller Diana Mondino aceptó la renuncia de su número dos, Leopoldo Sahores.
En su lugar decidió colocar a un funcionario de carrera de mucho menos experiencia que el embajador Sahores. Se trata de el actual cónsul en Montevideo, Eduardo Bustamante, que sólo recientemente ascendió a ministro de primera.
De la línea PRO, y ex alto funcionario en la Cancillería durante el gobierno de Mauricio Macri, Sahores no podía permanecer en las condiciones actuales de una Cancillería totalmente en crisis y debilitada en sus funciones bajo el gobierno de Javier Milei.
Mondino fue intervenida por la Presidencia, y así se sostendrá por lo menos hasta las elecciones legislativas de 2025. Le colocaron a la abogada Ursula Basset, que no tiene cargo en el Ministerio y a Nahuel Sotelo, ahora Secretario de Culto y Civilización, a controlar los discursos de política exterior.
Al igual que el también renunciado Christian Machuca como director de Derechos Humanos, Sahores tiene un pensamiento en las antípodas de la anti agenda 2030, y de la agenda contra el Pacto del Futuro. En realidad todos los diplomáticos piensan así, pero callan por temor a la avanzada de la Casa Rosada con un discurso ultraconservador.
Sahores es un experto en política latinoamericana, la que manejó durante la cancillería de Jorge Faurie. Fue embajador ante Pakistán y ahora llevaba la política contra las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
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