El partido aún no habría terminado aunque las cartas estén echadas. El gobernador riojano Ricardo Quintela seguirá molestando hasta donde lo dejen. De alguna manera, cree que se ganó el reconocimiento de los que no lo vieron venir, en estos tiempos que pintan distópicos, repletos de personas que al parecer no la ven.
La jueza electoral Servini de Cubría lo expulsó de la competencia electoral por la corona del Partido Justicialista. En jerga futbolística, la magistrada le sacó la roja monitoreada por el VAR de Cristina Kirchner.
Quintela no se animó a apelar la condena de la Servini, pero él asegura que no reconocerá a Cristina como jefa del PJ. El riojano logró el objetivo que lo hizo trascender más allá de una provincia «con desafíos económicos sin precedentes», es decir, semi quebrada. El mandatario tuvo que inventar los Chachos, una cuasimoneda que no es moneda e incurrió en un default de una deuda que él mismo tomó y se comprometió a honrar.
En la provincia aseguran que Quintela usó la plata de esa deuda para construir un parque eólico que luego vendió, pero no les pagó a los bonistas que habían confiado en su gestión. Los acreedores estafados le iniciaron un juicio a La Rioja en Estados Unidos.
Viaje a la Capital
Este lunes, a la noche, Quintela llegará a la Capital. Ya mandó a decir que, una vez más, desplantará a Cristina. La ex presidenta cosecha lo que siembra: no quiso competir en elecciones con el riojano aduciendo una supuesta irregularidad en las actas. «¿Ahora se acuerdan de las actas? Máximo Kirchner pisoteó toda legalidad para adueñarse el PJ bonaerense. Hay hasta una denuncia que está en la Corte Suprema. Son unos cínicos y le tienen miedo al voto del afiliado«, se queja un jefe comunal peronista del GBA que no es Fernando Gray.
El jueves y por enésima vez en las últimas semanas, el secretario privado de Cristina (Mariano) llamó a su par de Quintela para que el riojano acepte una reunión con la ex presidente. No hubo respuesta a la nueva invitación de Cristina. O sí la hubo: «Está en su campo sin señal».
Aunque la ponga de muy mal humor, Cristina insiste en que su frustrado contrincante la visite. Necesita de una foto con el riojano para mostrar algo de unidad y aplacar el malestar que generó su postulación.
A cuatro días del fallo de Servini que le despejó el camino para zafar de la elección y a casi un mes de su candidatura, no hubo un solo gobernador que haya expresado clara y públicamente su apoyo a Cristina. Incluso, en el Conurbano, solo un puñado de jefes comunales salieron a respaldarla, no con demasiado ímpetu. Ni hablar de Axel Kicillof. El tan esperado operativo clamor, promovido por La Cámpora, falló.
Entre martes y miércoles, Quintela se juntará con los integrantes de su lista desechada por Servini. La reunión será en la Casa de la Rioja sede porteña. «Entiendo que todos ustedes duden y les cueste creernos -le dice a Clarín uno de los armadores más importantes del riojano-. Pero te aseguro que no habrá foto con Cristina ni tampoco acuerdo para sumarnos a su gestión como Presidenta del PJ».
¿Impacto en el Congreso?
El gobernador riojano ahora iría por un enfrentamiento contra los dos jefes legislativos del kirchnerismo: José Mayans (Senado) y Germán Martínez (Diputados). «Al menos media docena de intendentes del GBA nos piden romper ambos bloques. Pero por ahora vamos a confrontar y jugar en la cornisa», describen.
Una alternativa para patalear sin romper sería armar «sub bloques», aunque no saben si legalmente está permitido. Quintela asegura contar con más de 10 diputados y media docena de senadores. Si es verdad, sobre todo en el Senado, el golpe a Cristina sería considerable. Varios creen que exagera.
El Gobierno, hace tiempo, viene devorando pochoclos ante la pelea interna de PJ/K. Si fuera por ellos, el show continuaría hasta que las cintas de filmación ardan. Servini de Cubría lo sabía: hubo un ve y dile en nombre de Santiago Caputo que habló con la jueza.
«Pocos presidentes en la historia moderna argentina han sido tan beneficiados como Javier (Milei) gracias a una oposición patética y descolocada. Los peronistas no paran de escarbar sus propios ombligos y casi no nos atacan. Y mirá que cometemos altos errores. La UCR está peor y a buena parte del PRO lo tenemos de sparrings», reflexiona un ministro libertario.