En las tierras futboleras de Lionel Messi, Diego Armando Maradona y la Scaloneta, donde es moneda corriente ver pibes jugando a la pelota en la calle aunque sea con una media o una botella, hay un arte marcial que prendió fuerte y se practica mucho más de lo que creemos.
Hablamos del karate, un arte marcial que nació en Okinawa en el siglo XV y es el resultado de décadas de mestizaje entre las artes chinas y los sistemas de defensa locales de la isla que actualmente le pertenece a Japón. Y si bien su popularidad se disparó en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial, ya se estima que hay alrededor de 100 millones de practicantes en más de 150 países.
El Día Mundial del Karate se celebra todos los años el 25 de octubre.
Día Mundial del Karate
Cada 25 de octubre se celebra el Día Mundial del Karate, con la idea de difundir una disciplina que es mucho más que técnicas de combate para la defensa personal: es un estilo de vida. De esta manera, el domingo 27, dos días después, la Organización de Karate y Kobudo Okinawense de Argentina (OKKOA) realizó su festejo anual junto a las escuelas miembro. Y fue en un lugar muy especial.
Casa Minka: un pedazo de Japón en Buenos Aires
¿Dónde se realizó? En el Museo de Arte Moderno Casa Minka, un lugar maravilloso y poco conocido en Buenos Aires que contiene un pedazo de historia de Japón. Este tesoro escondido en Boulogne, partido de San Isidro, es una antigua casona de campo japonesa de hace 300 años que fue traída en barco por los Bierregaard, un matrimonio que vivió 32 años en el país nipón.
La casa tiene mil metros cuadrados y está hecha con pinos, sogas y bambú. La base es de piedra para que no afecte la humedad. El concepto es sencillo: austeridad y despojo al mejor estilo zen a la hora de elegir los materiales, pero con una armonía que deslumbra y pacifica en partes iguales.
Las escuelas hicieron una demostración en los jardines. Más de 150 personas lo disfrutaron.
En su interior hay 850 piezas de una colección de arte contemporáneo que son expuestas alternadamente y que invitan a viajar por el tiempo: pinturas, cestos, esculturas, kimonos, cerámicas y mucho más. En su exterior, un jardín que enamora donde se desarrolló la muestra de karate.
Un arte que no para de crecer
Alejandro Zapparoli, sensei 4to dan de Meibukan Goyu-Ryu Karate-do y secretario general de la Comisión Directiva de OKKOA, fue el encargado de gestionar y organizar este evento top que juntó a más de 150 personas en Casa Minka y a siete escuelas de karate okinawense. En diálogo con Olé nos cuenta la influencia del karate en su vida y la de sus alumnos, el objetivo de OKKOA, la importancia de celebrar el Día Mundial del Karate, y por qué cada vez hay más practicantes de artes marciales en Argentina.
-¿Qué es el karate para vos y por qué lo seguís practicando después de tantos años?
Yo cuando comencé karate, a los seis años de edad, lo hice como una actividad más. Mi tío me llevó a practicar porque me dijo que el arte me iba a hacer bien. Hoy tengo 51 años y nunca dejé de practicar. Con el transcurso del tiempo el karate pasó a ser un lugar de compañía, donde conocí amigos, a nivel físico me ayudó a estar más fuerte, más seguro, a levantar mi autoestima. Todos los días me levantaba con muchas ganas. Pero los días de práctica eran los mejores de mi vida. Los que esperaba toda la semana. Después de tantos años de práctica, el karate me formó como persona, como marido, como padre, pero sobre todo como una persona de bien. Yo vivo la vida a través del karate.
-¿Cómo cambió tu vida y la de tus alumnos?
El karate me cambió la vida a mí y creo que le puede cambiar la vida a cualquiera. El karate no es algo que se compra o se tiene y ya. Para tener resultados hay que trabajar y practicar. Después de muchos años de práctica aparecen más conexiones neuronales y eso hace a la mejora del cuerpo. También trabajamos zazen a través de la mejora del cuerpo y de meditaciones. Eso ayuda a calmar y a controlar nuestras emociones. Yo todos los días que doy clase veo que todos mis alumnos avanzan un poco. Y yo avanzo con ellos porque el que da clases no solo enseña, sino que aprende de los demás. El solo hecho de practicar un arte te mejora la vida: en cuerpo, mente y espíritu. Y lo mejor de todo es que van a hacer amigos del camino del arte.
-¿Por qué es importante celebrar el Día Mundial del Karate?
Es muy importante porque fue establecido en 2005 por la Asamblea de Okinawa. El objetivo es juntarnos y difundir la práctica del arte de Okinawa. El karate de Okinawa es una disciplina milenaria que se originó aproximadamente en el siglo XV en el Reino de Ryukyu. Y se popularizó en Japón aproximadamente desde 1920. Es muy importante festejar el Día Mundial del Karate porque es una forma de cuidar la cultura de Okinawa, porque el karate es parte de la cultura. En lo personal el karate es una de las cosas más preciadas que tengo. Y entonces ¿qué tengo que hacer? Cuidarlo, respetarlo y mostrarlo para que más gente pueda practicar para que mejore su calidad de vida.
El Kobudo (lucha con armas tradicionales) también dijo presente. Top.
-¿Cuál fue tu experiencia en Casa Minka? ¿Con qué te encontraste?
Guillermo Bierregaard vivió más de 30 años en Japón. Es un libro abierto. Tiene una forma única de contar la cultura japonesa en nuestro idioma. La verdad que es muy grato conocer Casa Minka. Ese lugar tiene mucha paz, mucha armonía y mucho equilibrio. Además, escuchar las charlas del señor Guillermo, por lo que transmite, y ver el arte que hay dentro de esa casa, es algo que no debería perdérselo nadie. Cuando entré a esa casa sentí que estaba en Japón. Sentí lo mismo que sentí cuando viajé por primera vez a Japón. Una sensación hermosa.
-En un país tan futbolero, ¿crees que es importante seguir difundiendo el karate? ¿Por qué?
A pesar de que Argentina es un país muy futbolero, es muy importante difundir las artes en general, no solo el karate. Porque las artes ayudan al cuerpo, a la mente y al espíritu. Al cuerpo lo fortalece y lo prepara para las cosas de la vida diaria. A la mente la calma y eso te ayuda a conocer tu interior, te prepara para los obstáculos de la vida. Y el espíritu, es eso que tenemos dentro, eso que cuando te levantás a la mañana te ayuda a salir de la cama y te lleva a algún lado. Te tira. Bueno esa energía hay que fortalecerla. Cuanto más la movemos, mejores estamos. Todo lo que mis maestros me enseñaron a mí me hizo tan bien que yo siento la obligación de enseñarlo, compartirlo y seguir adelante con esta tradición del arte de Okinawa para que más personas encuentren su equilibrio, su pasión y cómo defenderse de su vida. Y no a los golpes.
-¿Notás un crecimiento en la cantidad de practicantes en este último tiempo?
Sí. En mi dojo particular constantemente vienen nuevos alumnos. La verdad que estos últimos años, a pesar de la economía del país, se ve que la gente se está volcando más a realizar artes marciales. Toda actividad donde se involucra el cuerpo y la mente. Después de la pandemia, que nos dejó muchas enfermedades e inconvenientes individuales, se ve un gran aumento. Porque las artes te ayudan a mejorar, a conocerte, a ver tus debilidades y a transformarlas en virtudes.
-¿Qué tan especial fue festejar el Día Mundial del Karate por primera vez en Casa Minka?
La verdad que me gustó mucho y la pasé muy bien porque ellos tienen los mismos objetivos que tenemos en OKKOA. Tanto Casa Minka como nosotros difundimos y cuidamos el verdadero arte de Okinawa y de Japón. Por otro lado, invito a que todos los que quieran conocer un lugar maravilloso y una de las culturas más lindas del mundo y con más historia, vayan a conocer Casa Minka (San Martín 1596, Boulogne). Van a conocer un lugar espléndido para pasar en familia.
Escuelas que participaron del Día Mundial del Karate
- Gojyu Ryu Meibukan, sensei Alejandro Zapparoli.
- Motobu Ryu, sensei Agustín Rosendi.
- Shorin Ryu Shobukan, sensei Kinjo Hideyoshi y sensei Sergio Eleusippi
- Kobudo Ryukonkai, sensei Jorge Suárez.
- Shorin Ryu Kyudokan, sensei Edgardo Buttaro y sensei Gastón Sánchez.
- Uechi Ryu Kenyukai, sensei Jorge Ortega.