José Carlos Rodríguez
Santiago de Compostela, 14 nov (EFE).- La actriz hispanosueca Ingrid García Jonsson recibe en Santiago el premio Cineuropa con dos estrenos pendientes, el thriller neonoir «Una ballena», de Pablo Hernando, y la serie «Superestar», producida por los Javis y en la que interpreta a la popular cantante y estrella televisiva Yurena, el papel «más difícil» de su carrera.
«Interpretar a Yurena es lo más difícil que he hecho en mi vida», reconoce la actriz en una entrevista con EFE, en la que ha repasado sus más de 10 años delante de las cámaras tras debutar en la pantalla grande con «Hermosa juventud», el filme de Jaime Rosales por el que recibió nominación como mejor actriz revelación en los Goya de 2015 y que la llevó al Festival de Cannes.
García Jonsson nació en Suecia pero se crió en Sevilla y asegura que quiso ser actriz «desde pequeña», pero que durante muchos años fue «un secreto» que no se atrevía a decir «en voz alta», debido a ciertos prejuicios.
«Se tiende a pensar que quieres ser famosa o que quieres atención, pero a mí lo que me gustaba era transformarme en otras personas, disfrazarme y que mi cabeza dejara de ser la mía para ser otra», declara.
Empezó con 14 años haciendo «pequeños trabajos para la televisión» y publicidad, que compaginaba con la danza y el teatro; además de participar en rodajes como asistente de producción y dirección.
Empezó «cortando calles» y «montando cátering» en rodajes hasta conseguir abrirse un hueco como actriz en el cine y desde entonces ha trabajado a lo largo de su carrera con importantes directores como Álex de la Iglesia, Jaime Rosales, Isabel Coixet, Andrea Jaurrieta o Nacho Vigalondo.
Asegura que su debut con ‘Hermosa juventud’ fue «abrumador», debido a que se puso de repente «mucha atención» en ellas y esa «presión» le impidió «durante un tiempo trabajar con cierta libertad».
«Me ha costado mucho volver a pasármelo bien como hacía antes. Sentir tanta atención de pronto es algo que deseas mucho, porque obviamente te abre muchas puertas, pero por otro lado también asusta y bloquea», reconoce.
De eso han pasado ya diez años y ahora Ingrid García Jonsson ha pasado de ser una joven promesa a una actriz reconocida, a la que premian por su trayectoria.
«Todavía tengo la sensación de que no estoy asentada en la industria, de que sigo empezando y que estoy buscando mi hueco en la profesión; pero a lo tonto llevo 10 años trabajando y la verdad que celebrarlo con un premio me parece muy sano para también darme yo importancia y valorar mi trabajo», asegura.
La intérprete dice que siempre se toma cada rodaje «como el último», porque se trata de una profesión que no sabes a dónde te va a llevar.
En su experiencia, lo que sí que ha aprendido es que es debe ser «divertido» y que en los rodajes «todo el mundo tiene que sentir que forma parte de un equipo».
«El ambiente que se genera en el set luego transpira a la película. Las películas que ha tenido un rodaje muy estresado luego no funcionan bien», advierte García Jonsson, que considera que ha habido un cambio en los últimos años, probablemente, apunta, porque «hay más mujeres en los equipos».
«Ha desaparecido un poco esa sensación de ejército a la hora de currar», declara.
La intérprete lo sabe bien porque en 2022 tuvo la oportunidad de dirigir por primera vez con la película «Nómadas», una experiencia que define como «maravillosa», puesto que opina que solo se consigue del todo una voz «propia» a través «de la dirección».
Por ello, tiene pendiente dirigir dos proyectos personales, ambos de ficción, de los que aún no puede dar detalles.
Además, también estrenará próximamente «Una ballena», la película de Pablo Hernando que ha pasado por Sitges y que García Jonsson define como «una revisión de ‘Le samurai'», un «estudio de personaje» sobre un asesino a sueldo.
Afirma que el filme tiene «muchas capas» y que ha «expandido su universo», de manera que se trata de una película «muy envolvente» e «hipnótica».
Además, ha terminado de rodar «Superestar», la serie de los Javis dirigida por Nacho Vigalondo en la que se pone en la piel de Yurena, cantante y personaje de la cultura popular española de los 2000.
«Se trata de un personaje real y los estándares están muy altos», afirma la actriz, que dice haber intentado acercarse «lo máximo posible» a la cantante y que en todo momento lo ha hecho «desde el amor y el respeto».
«No quiero que en ningún momento sienta que el retrato que yo he hecho de ella es una caricatura», asegura la intérprete, que desvela que ha tenido la oportunidad de conocer a Yurena y que es una persona «encantadora». EFE
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