Las tasas de interés de Brasil son demasiado altas y la responsabilidad de los crecientes problemas fiscales recae en los responsables políticos del banco central, dijo el domingo por la noche el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en una entrevista televisiva.
“Lo único que está mal en este país es la tasa de interés actual, que está por encima del 12%”, sostuvo Lula en una entrevista con Fantastico. “No hay ninguna explicación, la inflación está totalmente bajo control. La irresponsabilidad es de los que suben las tasas de interés, no del gobierno federal”.
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La semana pasada, el banco central elevó la tasa Selic en 100 puntos básicos, hasta el 12,25%, al tiempo que se comprometió a seguir elevándolas hasta el 14,25% en los próximos meses.
En la declaración que acompañaba a la decisión —la última presidida por el gobernador Roberto Campos Neto, que será sustituido por Gabriel Galipolo— los responsables políticos hicieron hincapié en que el paquete fiscal anunciado recientemente por el gobierno “impactó significativamente en los precios y las expectativas de los activos, especialmente en la prima de riesgo, las expectativas de inflación y el tipo de cambio”.
Lula fue dado de alta del hospital a primera hora del domingo tras una operación cerebral de urgencia. Dijo que permanecerá en Sao Paulo hasta el jueves para someterse a otra tomografía computarizada y luego regresará a la capital, Brasilia.
“Estoy bien”, dijo el mandatario de 79 años. “Me siento como un hombre protegido por Dios”.
Los vaivenes financieros de Brasil
La mayor economía de América Latina está cerrando otro año de crecimiento mejor de lo esperado, y la mayoría de los analistas afirman que el producto interno bruto crecerá más del 3% en 2024. Las familias están consumiendo más en medio de un desempleo en mínimos históricos y un mayor gasto público, aunque la fortaleza de la demanda interna también está disparando las expectativas de inflación.
El gobierno de Lula está cumpliendo sus promesas de elevar el nivel de vida de los pobres, y recientemente anunció nuevas exenciones del impuesto sobre la renta para las familias que ganen menos de 5.000 reales (US$825) al mes.
Pero ese plan melló el impacto de un paquete de austeridad que prevé recortar 70.000 millones de reales en gastos, alimentando el escepticismo de los inversionistas sobre el compromiso de Lula de apuntalar las cuentas públicas. El Congreso debe aprobar el paquete fiscal antes de que los legisladores se vayan de vacaciones.
“Nadie en este país, ni siquiera el mercado, tiene más responsabilidad fiscal que yo”, sostuvo Lula. “He gobernado este país antes, y no es el mercado el que tiene que preocuparse por los gastos del gobierno. Es el gobierno, porque si gasto más de lo que tengo, los pobres serán los que más paguen”.
Traducción editada por Paulina Steffens