El jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, atraviesa su primera gran crisis de Gabinete desde que llegó a la ciudad de Buenos Aires. La intempestiva salida de Diego Kravetz de la secretaría de Seguridad provocó un fuerte temblor en el andamiaje de poder de Pro en la Capital. De hecho, es probable que haya más cambios: esta tarde se concretó el corrimiento de Néstor Grindetti, quien será reemplazado por Gabriel Sánchez Zinny en el rol de coordinador de ministros. El exintendente de Lanús pasará a ocupar una nueva secretaría política.
Anoche, Caputo volvió a ejecutar una jugada para esmerilar a los Macri. El jefe porteño no solo lidia con conflictos internos en el seno de su equipo de ministros, quienes transmiten en la intimidad una sensación de malestar y desasosiego, sino que además enfrenta el desafío de frenar la avanzada de los libertarios que responden a Karina Milei o Santiago Caputo, el asesor multifunción del Presidente, para licuar la base de sustentación de Pro en el territorio porteño. La semana pasada, la tropa de Milei blanqueó en la Legislatura que pretender construir una alternativa al macrismo en la ciudad con el objetivo de arrebatarle a Pro el control del distrito en 2027. La decisión del bloque de La Libertad Avanza (LLA) de votar en contra del Presupuesto marcó un punto de quiebre. Los macristas aún mascullan bronca: debieron sumergirse en una ardua negociación con los libertarios díscolos para salvar al jefe porteño de una dura derrota legislativa que podía abrir dudas en torno a la gobernabilidad.
En las últimas horas, Caputo movió sus fichas en el tablero. Al apurar el anuncio sobre la designación de Kravetz como nuevo “señor 8″ de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) buscó enviar una señal política: la Casa Rosada procura seducir y darles cobertura a los cuadros técnicos de Pro antes que anudar un acuerdo integral con Macri.
La maniobra enfureció a Jorge Macri, quien aún no digiere los desplantes del bloque libertario de María del Pilar Ramírez, el brazo ejecutor de Karina Milei en el distrito, durante las últimas votaciones en la Legislatura. Hasta anoche, el jefe porteño no sabía que Kravetz, quien estaba al frente de la conducción de la Policía de la Ciudad, iba a dar el salto al gobierno nacional para secundar a Sergio Neiffert en la SIDE. El tuit que publicó, pocos minutos después de las 21, Manuel Adorni, vocero presidencial, para anunciar el nombramiento de Kravetz tomó por sorpresa a los altos mandos de la Ciudad.
El ideólogo del súbito anuncio fue Caputo. Al ver que Kravetz estaba siendo cascoteado por el macrismo en la Ciudad, el estratega comunicacional del gobierno le hizo saber a los suyos que era el momento para acelerar la designación. Caputo olió sangre y ordenó ir a fondo. De hecho, Adorni, como hizo con la fallida convocatoria a sesiones extraordinarias, oficializó la llegada de Kravetz a la SIDE sin que estuviera listo el decreto para concretar el pase. “Ellos aceleraron. Vieron que lo estaban raspando a Diego. Es un golpazo para Macri”, dicen dirigentes de Pro que orbitan cerca de Kravetz.
Enseguida, Jorge Macri chateó con su secretario de Seguridad. La conversación no transcurrió en buenos términos. Es que el jefe porteño desconocía que Kravetz había iniciado una negociación secreta con Caputo para desembarcar en la SIDE, una de las áreas del Estado donde el consejero presidencial ejerce su influencia. Ni Patricia Bullrich, titular de la cartera de Seguridad, quien tiene un diálogo fluido con Kravetz, estaba al tanto de la decisión. Como Jorge Macri, Bullrich se enteró a través del tuit de Adorni.
Los contactos reservados entre Kravetz y Caputo arrancaron hace varios días. El nexo entre el histórico ladero de Grindetti y el alter ego de Milei en la gestión fue Manuel Vidal, un hombre del riñón de Soledad Acuña, exministra de Educación de Horacio Rodríguez Larreta y esposa de Kravetz. Ayer Acuña echó más nafta al fuego con una dura crítica a la gestión de Jorge Macri en el área educativa y las modificaciones en el estatuto de la UniCABA.
El ahora exsecretario de Seguridad había decidido tomar nuevos rumbos. Y es sabido que Caputo está a la pesca de dirigentes con experiencia para reforzar la gestión y, ante todo, la estructura de la SIDE. En rigor, Kravetz ya había estrechado lazos con el Presidente y Karina Milei durante la última campaña electoral. El entonces jefe de Gabinete en el municipio de Lanús ya había asistido a los Milei en el armado de los operativos de seguridad para las caravanas de LLA en el conurbano. Por caso, los auxilió para organizar el acto en el estadio del club El Porvenir, situado en la localidad de Lanús. Fue en mayo de 2022, cuando Milei lanzó su candidatura presidencial escoltado por el cantante “El Dipy”. La convocatoria fue magra, pero le sirvió a Kravetz para establecer un canal de diálogo con los Milei.
Kravetz también conoce a Sebastián Pareja, armador de los libertarios en Buenos Aires, y sobre todo, a Darío Wasserman, vice del Banco Nación y pareja de la legisladora Ramírez. Wasserman, quien supo moverse para convertirse en un hombre clave en el entorno de Karina Milei, y Kravetz fueron compañeros en la escuela primaria.
A su vez, Kravetz ostenta un vínculo aceitado con la CIA y el Mossad, las agencias de inteligencia de los principales aliados de la Argentina en la cosmovisión del Presidente: los Estados Unidos e Israel. Eso es un activo en el mundillo de Milei.
Kravetz ya tenía un pie afuera del gobierno de la ciudad. Sus allegados cuentan que le había advertido al jefe porteño que pretendía dejar su cargo ya que la relación con Waldo Wolff, ministro del área, estaba rota. El “doble comando” entre Wolff y su número dos había provocado un desgaste. El punto de ebullición de la disputa se produjo cuando el ministro comenzó a desprenderse de funcionarios cercanos a Kravetz. Primero, desplazó a Sebastián Vela, responsable civil del Ministerio de Seguridad, en plena crisis por la fuga de presos de las alcaldías porteñas. Luego echó Pablo Adrián Morales, un subcomisario de la Policía de la Ciudad, quien había sido exonerado de la bonaerense. Cerca de Kravetz aducen que la designación había sido firmado por Wolff y que Morales fue sobreseído en una causa que enfrentó por cohecho. “Hubo desprolijidades que no gustaron”, repiten cerca de Jorge Macri. Florencia Arietto, senadora provincial y flamante conversa al mileismo, se precipitó en Twitter. Habló de la crisis en el Ministerio de Seguridad porteño por el caso de Morales. No sabía que Caputo ya había acordado la llegada de Kravetz a la SIDE. Por eso, precavida, borró el tuit.
En la cúpula de la administración porteña sospechan que Kravetz apuró su salida porque sabía que sería desplazado antes de fin de año. “Tenía el boleto picado. El binomio con Waldo no funcionó”, justifican. Allegados al exfuncionario señalan que la “paciencia” de Kravetz se había agotado. “Jorge le había prometido que Waldo se ocupaba de la comunicación y Diego de la gestión”, dicen. Hoy, Wolff sostuvo, en diálogo con CNN Radio, que hubo “diferencias en cuestiones de gestión” y que la salida fue “consensuada”.
Kravetz, que fue reemplazado por el bullrichista Ezequiel Daglio, ya había definido hace tiempo que se iría de la Ciudad. Sin embargo, Jorge Macri planeaba oficializar la reestructuración de su Gabinete en enero, con la presentación de una nueva ley de ministerios. También piensa proponer en sesiones extraordinarias la “suspensión” de las PASO en la Ciudad y una reforma “institucional”. En el gobierno porteño evalúan la chance de desdoblar los comicios para limitar la capacidad de daño de los libertarios. Quienes vieron a Macri antes de que partiera a su retiro en Cumelén por las fiestas lo notaron convencido de que LLA puso en marcha una estrategia para arrebatarle a Pro el poder en la Ciudad. “Hay que prepararse para competir”, les dijo a los suyos. Es un secreto a voces que no descarta una candidatura a senador nacional -un consejo que le dio Miguel Pichetto– para salvar su terruño. ¿Intentará contener a Larreta para evitar que se postule en 2025 en una tercera vía y divida el voto porteño de los amarillos? Es lo que sospecha un integrante de la vieja guardia de Pro que tiene llegada a todas las terminales del partido.
Con la crisis que provocó Kravetz todo parece precipitarse en la Ciudad. Según fuentes porteñas, Grindetti sería reemplazado más pronto que tarde como jefe de Gabinete por Sánchez Zinny, actual vicejefe del área. Grindetti pasaría a ocupar ahora un rol político. Es decir, se correría de la gestión, pero seguiría en un cargo. En Uspallata hablan de que podría convertirse en un secretario político para ocuparse de las relaciones con los aliados en la Legislatura, la Nación, las provincias o los intendentes de Buenos Aires o el interior del país. ¿Aceptará ese papel o armará las valijas? Quienes lo conocen afirman que está desgastado. “Néstor va a seguir en otro rol cuando esté la nueva estructura con la Ley de Ministerios 2025″, indican cerca del jefe porteño.
Además, Jorge Macri se apresta a definir el reemplazo de Roberto García Moritán en el Ministerio de Desarrollo Económico. Quien corre con ventaja para recalar en esa área es Valentín Diaz Gilligan, actual titular del Ente de Turismo de la Ciudad. Además de Kravetz, en las últimas horas se fueron dos exfuncionarios de Larreta: Diego Fernández y Álvaro García Resta. Los movimientos en el Gabinete porteño habían sido anticipados por LA NACION en su edición del domingo.
Tan repentina fue la salida de Kravetz que hasta anoche el futuro funcionario de Milei en la SIDE seguía formando parte del Grupo de WhatsApp del gabinete de Jorge Macri. El mensaje de despedida llegó recién hoy a las 7 de la mañana par confirmar su salto a las “fuerzas del cielo”. “Me voy a afrontar nuevos desafíos”, escribió y se fue del chat. Entre tanto, la incertidumbre crece en las filas amarillas por la falta de rumbo de la gestión en la Ciudad.
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