El verano trae días más largos, clima cálido y también ciertos desafíos, como las molestas picaduras de insectos, la deshidratación o los problemas digestivos asociados al calor. En este contexto, hay una hierba que se presenta como una aliada natural gracias a sus propiedades refrescantes y calmantes.
Identificada por su carácter versátil y beneficioso, la manzanilla es una planta herbácea perteneciente a la familia de las asteráceas. Reconocida por sus pequeñas flores blancas con centros amarillos, su apariencia delicada oculta un gran potencial terapéutico. Originaria de regiones templadas, su aroma suave y relajante la convirtió en una de las hierbas más apreciadas alrededor del mundo, una popularidad que tiene raíces profundas en la historia.
Desde la antigüedad, diferentes civilizaciones valoraron las propiedades de la manzanilla, de acuerdo a la American Herbal Products Association. Para los egipcios, esta hierba era sagrada y un remedio eficaz contra la fiebre y otros malestares. En la Grecia clásica, se empleaba principalmente como alivio para problemas digestivos. Más tarde, durante la Edad Media, se convirtió en un elemento indispensable en los jardines medicinales europeos.
Hoy en día, la manzanilla es conocida por su amplia gama de aportes para la salud. Entre sus propiedades más destacadas se encuentran su efecto antiinflamatorio, ideal para tratar inflamaciones internas y externas; su capacidad calmante, que ayuda a reducir el estrés y promover un sueño reparador; su acción digestiva, eficaz contra molestias estomacales; su actividad antimicrobiana, útil para prevenir infecciones leves; y su efecto refrescante, perfecto para aliviar irritaciones en la piel y mitigar el impacto del calor.
En el contexto del verano, estas cualidades hacen de la manzanilla un recurso natural imprescindible. Por ejemplo, aplicada tópicamente, la infusión de manzanilla puede reducir el enrojecimiento causado por las picaduras de insectos e, incluso, aliviar también la comezón, según informa el medio especializado Healthline. Consumida fría, ofrece una forma refrescante de mantenerse hidratado y combatir el calor. Además, en compresas o baños, calma la piel irritada por quemaduras solares leves. Por otro lado, ingerida tras un día agotador, proporciona una sensación de relajación profunda,
Para disfrutar plenamente de sus beneficios, la manzanilla se puede usar de maneras creativas y prácticas durante esta época del año. Una opción sencilla es preparar una infusión fría y servirla con hielo, ideal para refrescarse en los días más cálidos. También se pueden crear cubos de hielo con infusión de manzanilla para añadir a bebidas. Otra alternativa es elaborar un spray calmante con una infusión concentrada, perfecto para aplicar sobre picaduras o irritaciones. Finalmente, agregar flores secas o infusión al agua del baño transforma una rutina diaria en una experiencia relajante y reparadora. Ante cualquier duda, se sugiere consultar con un profesional de la salud.
Si bien la manzanilla es una excelente opción, existen otras hierbas medicinales que también pueden potenciar el bienestar personal durante el verano: