sábado, 14 junio, 2025
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Fernanda Metilli: No creo que siempre el show deba continuar

Egresada de la Facultad de Arte de Tandil -su ciudad natal-, Fernanda Metilli llegó a Buenos Aires en 2006 con el sueño de ser comediante y hoy se desempeña en dos de las obras más taquilleras de la cartelera teatral porteña. Una, la humorística “Somos las chicas de la culpa”, junto a Connie Ballarini, Malena Guinzburg y Natalia Carulias, en El Nacional. La otra, “Empieza con D, siete letras”, con dirección del laureado Juan José Campanella (también autor de la pieza, junto a Cecilia Monti) y como dupla de Eduardo Blanco, en el Politeama. 

Allí, Metilli -que viene de hacer ‘Exit’ y antes ‘Matilda’- y el llamado “actor fetiche” de Campanella encarnan una sentida y reflexiva historia sobre el amor y las segundas oportunidades. En este caso, entre dos personas de distintas generaciones (ella de 40 años, él de 65) y diferentes experiencias de vida.

Temas que la actriz y standupera aborda en esta charla con NOTICIAS, además de otros tópicos como este nuevo desafío interpretativo, la convivencia, la maternidad y sus 10 años en pareja con el también comediante, mago y músico Agustín “Soy Rada” Aristarán.

Noticias: Cuando Campanella la contactó por WhatsApp pensó que era un chiste porque ahí él no tiene una foto suya. Pasado el asombro, ¿le preguntó por qué la eligió? 

Fernanda Metilli: Así tan directamente, no. Cuando empezamos a hablar, me dijo que creía que el protagónico femenino era para mí, por el tipo de humor que hago. Y después me contó que me había visto en “Como el culo” hace ya ocho años, en “Chorros” y en “Inmaduros”. También me dijo que había visto algunos videos que hago con Agustín en YouTube. Lo que llenó de orgullo, porque siento que me vio bastante antes de proponerme el papel.

Noticias: Leído el guión, ¿sintió de entrada que el papel era para usted?

Metilli: Sí. La historia me sorprendió, porque yo nunca tuve una pareja con mucha diferencia de edad, pero las situaciones y las respuestas de Miranda a Luis, el personaje de Eduardo, enseguida me parecieron muy divertidas. Las partes tristes, que también van a fondo, me generaron algo de miedo, porque yo no profundicé en eso como actriz. Juan no tenía dudas de que lo gracioso lo iba a hacer bien, pero las partes dramáticas -él mismo me lo dijo- eran una incógnita. Ahí arriesgábamos a pleno. Pero esa combinación de comedia y drama, tan equilibrada y tan típica de Juan, me encantó de inmediato.

Noticias: ¿Cuál fue el mayor desafío que le presentó el personaje? 

Metilli: Su ternura y sus momentos de fragilidad, porque si bien Miranda es una mina muy fuerte, en una segunda lectura noté que también tiene una parte rota. Lo que me llevó a ahondar en otro campo de la actuación al que yo no estaba acostumbrada. Entrené eso en la facultad, pero no laboralmente. Aunque el cuerpo se acordaba, estaba todo ahí; y ahora cada función es un entrenamiento.

Noticias: Me decía que no tuvo parejas generacionalmente dispares. ¿Es prejuiciosa en ese sentido?  

Metilli: Sí, bastante. Sobre todo con los hombres, porque de parte de la mujer lo entiendo un poco más. Pero el prejuicio lo tengo con los “pendeviejos” que se levantan chicas de 20, no con gente de las edades de Luis y Miranda, porque ellos ya son personas maduras. En esta historia, la diferencia generacional pasa a un segundo plano, porque básicamente es una historia de amor.

Noticias: Campanella y Blanco trabajaron mucho juntos y, además, son amigos. ¿Cómo fue incorporarse a esa dupla?

Metilli: Aprendí mucho. Porque si bien ellos son un equipo, en algunas cosas no coinciden, y en eso son muy transparentes. Y ver cómo llegaban a un equilibrio, fue fascinante. Disfruté mucho de ese proceso creativo. Ambos, además, son muy generosos y no tuvieron problema en escuchar mis sugerencias. Nunca los sentí como un bloque, porque tienen una sencillez que los hace muy cercanos. 

Noticias: En un momento de la obra, Luis y Miranda se plantean el tema de la convivencia, asunto al que usted no adhiere en su vida personal. ¿Le movió algo internamente eso que plantean los personajes?   

Metilli: Sólo se me presentó cuando leí la obra. Ahí pensé: “¡Están locos! ¡Quédense cada uno en su casa! Después me adapté a los personajes y todo bien.

Noticias: ¿La no convivencia con su pareja fue de común acuerdo?

Metilli: Al principio Agustín me propuso convivir y yo le dije que no  Creo que me lo propuso porque fue papá muy joven, vivió mucho con la mamá de Bianca y nunca había vivido solo. Ahí yo le dije: “¿Estás loco? Primero, tenés que aprender a vivir solo y después ves si querés convivir”. Hoy los dos disfrutamos de tener cada uno su lugar y de juntarnos cuando queremos.

Noticias: ¿Descartaron convivir entonces?

Metilli: Hoy no es una necesidad, pero en algún momento puede ser. Ambos tenemos claro que debería ser en un lugar muy grande o en dos casas, una al lado de la otra, unidas por un puente. 

Noticias: Pero eso cuesta mucho dinero…

Metilli: Sí, por lo que por ahora seguiremos así (risas).

Noticias: En “Matilda” encarnó a una madre que, en verdad, no quería tener hijos. ¿Qué piensa de la maternidad?

Metilli: Nunca tuve el deseo de ser madre. Soy feliz con mis sobrinos y con los hijos de mis amigas, pero yo no me veo criando a una persona, no me veo con esa responsabilidad. Me parece una locura traer un hijo al mundo sabiendo que no quiero cambiar nada de mi vida. Hay muchas mujeres que tuvieron hijos porque los tuvieron que tener, por mandato. Mi mamá, sin ir más lejos. En esos casos pienso: “¡No! ¡Pobre!”. Y si algún día quiero tener un hijo y ya no puedo, adoptaré. De hecho, vivo adoptando perros.

Noticias: Hábleme de su rol de “mamastra”, como dicen usted y Bianca. 

Metilli: Me encanta ser su “mamastra”. No sólo porque zafé de ponerle límites, sino porque ahora, que está estudiando en el IUNA y va a castings, compartimos mucho de la profesión.

Noticias: Dalia Gutmann dice que el stand-up es el arte de hacerle creer al público que todo está improvisado. ¿Coincide? 

Metilli: Sí. El stand-up es un texto minuciosamente escrito y el “engaño” consiste justamente en que el espectador crea que lo estás diciendo por primera vez. Ese es el gran desafío. Obviamente, en cada función, uno va encontrando cosas nuevas, porque el stand-up es con el público y siempre se termina de cocinar en el escenario. Es un ida y vuelta, un diálogo.

Noticias: ¿Volvería a hacer un monólogo de stand up?

Metilli: Creo que me costaría, porque hace mucho que no lo hago. No sabría muy bien qué escribir. Hoy, para mí, el stand-up pasa por lo que hago con las chicas.

Noticias: ¿Cómo es pasar de una función de “Somos las chicas de la culpa” a otra de “Empieza con D…”?    

Metilli: Para mí es natural, porque siempre hice stand-up y teatro. Me encantan ambas cosas y disfruto de esa versatilidad.

Noticias:¿Cuán importante es el humor en su relación con Agustín?

Metilli: Es fundamental, como individuos y como pareja. No lo buscamos, simplemente lo tenemos. Es una forma de vida, lo que no significa que estemos haciendo chistes todo el día.

Noticias: Siempre habla de sus perros. ¿Por qué?

Metilli: Porque para mí, la vida sin un perro es un desperdicio, realmente no lo entiendo. Siempre tuve perros, porque mis padres eran muy perreros. Salvo en mis primeros años en Buenos Aires, que se me complicó por falta de trabajo, pero era como que me faltaba algo. Es amor incondicional.

Noticias: Semanas atrás falleció su mamá, la persona que más la apoyó en sus deseos de ser actriz. ¿Cómo afrontó sus compromisos laborales?    

Metilli: Algunas funciones no pude hacerlas porque acababa de llegar de Tandil con todo ese bagaje. Pero volví rápido porque soy muy activa y me hace bien. Aunque si algún día no puedo, pienso respetármelo, porque en ambas obras todos fueron muy amorosos y hay mucha confianza como para decirlo. Aparte, yo no adhiero a la frase “el show debe continuar”. No, somos personas y esto es teatro, nadie va a morir porque se suspenda una función.

Noticias: ¿Su madre llegó a verla en “Empieza con D…”?

Metilli: No, ni en ésta ni en “Exit”, porque hacía un año que estaba enferma.

Noticias: Su papá tampoco, ¿no?

Metilli: Tampoco, porque hace varios años tuvo un ACV y hay cosas que no llega a escuchar o a comprender. Pero a su manera me acompaña.

Noticias: ¿Él se quedó en Tandil?

Metilli: Sí, en su casa, con cuidadoras. Las mismas que los cuidaban a los dos.

Noticias: Los lunes, el único día que no tiene teatro, ¿seguirá yendo a Tandil?

Metilli: Sí, totalmente. Lo hice mientras estaban ambos y seguirá siendo así. 

por Sergio Nuñez

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