Siempre con una sonrisa a flor de labios y sus modos cariñosos, Claudio Cosano, pide disculpas por la demora. Está con unas clientas, su prioridad, siempre. Esta vez son madre e hija las que lo buscaron: la ocasión es el festejo por la recibida del título universitario. Salen de la prueba emocionadas. “Vamos a tener ‘un Cosano’”. Cuenta la futura economista que lucirá un tailleur para la ocasión, y le acaba de regalar la misma prenda a su madre que la apoyó a lo largo de su carrera. Se sienten Susana, Mirtha, Moria, Pampita, algunas de las celebridades que llevaron sus piezas de alta costura, porque el trato y la dedicación de este diseñador para con sus modelos, no tienen nombre propio. Todas son iguales. El mismo cariño, el mismo respeto.
Acaba de celebrar sus tres décadas en la moda argentina, un repaso emocional por su carrera, con un desfile íntimo con prensa y clientas famosas de todas sus épocas con la moda con una ovación cerrada que aún lo conmueve. Autodidacta, obsesivo del bordado, amante de la espectacularidad, dueño de un estilo inconfundible, fiel a su identidad y con una filosofía de vida basada en la gratitud, el esfuerzo y la elegancia, logró instalar su ADN en el universo de la moda femenina.
De origen humilde y con vocación frustrada de arquitecto, construyó una marca que se convirtió en sinónimo de alta costura y espectáculo, con el brillo que lo identifica y a fuerza de ambición, esfuerzo y respeto por sus clientas. Desde su atelier en Recoleta sigue vistiendo sueños con la misma pasión con la que empezó o en “La jaula de la moda” el programa de televisión que lo tiene como conductor junto al “Pollo” Álvarez y Fabián Medina Flores, donde dice que se divierte y que da servicio. En su charla con NOTICIAS repasa su historia, habla de las divas que lo acompañaron, de los prejuicios que enfrentó en el mundo fashion, de su obsesión por el orden, de su familia como refugio y de su reciente encuentro con la política.
Noticias: “Treinta años no es nada”, dice el tango. ¿Qué significan para usted?
Claudio Cosano: La verdad, no me di cuenta. Estoy tan metido en lo que hago que el tiempo se me pasó volando. Recién ahora, que empecé a subir a las redes cosas que hice en estas tres décadas, me doy cuenta de todo lo que hice, ¡y no lo puedo creer! Vi fotos de Pampita, que está conmigo desde los inicios, y era una nena.
Noticias: ¿Cómo vivió este último desfile homenaje?
Cosano: Fue una de las emociones más grandes de mi vida. Lo viví como una celebración. Al principio no quería hacerlo, me daba pudor celebrar. Pero después pensé: “¿por qué no?” Cuando terminó, se paró todo el salón y aplaudieron de pie. Lloré como un nene. Sentí que todo valió la pena: los sacrificios, las noches sin dormir, las veces que quise renunciar. Fue un mimo al alma.
Noticias: ¿Cómo fueron aquellos comienzos?
Cosano: Difíciles. Vengo de muy abajo. Mamá era ama de casa y mi padre, metalúrgico. Yo tenía 12 años cuando él se fue, y sólo lo volví a ver una vez que me llamó cuando me vio en la tele, así que mamá se encargó de criar cuatro hijos ella sola en una casa alquilada donde a veces solo había mate cocido y pan. Fue una infancia dura, pero no la recuerdo con tristeza. Desde chico supe que no quería esa condición social para mí. Me daban más ganas de superarme estudiando y trabajando. Trabajaba para ayudar en casa y soñaba con ser arquitecto. Un día vi un aviso en el diario, entré a trabajar en una casa de ropa como administrativo, y ahí me enamoré del mundo textil. Aprendí mirando, bajaba al taller en los almuerzos. Después cortaba en el piso de mi casa con una tijera común. Me convertí en el modisto del barrio: cumplía con las entregas y no decía nunca que no.
Noticias: ¿Terminó la carrera de arquitectura?
Cosano: Me quedaron dos finales. Me da bronca, pero este trabajo me absorbió de una manera brutal. Igual, la formación me sirvió. La arquitectura te ordena la cabeza. Me ayudó a vender con el dibujo, a pensar en proporciones, y también a ser obsesivo.
Noticias: ¿Y cómo llegó de ese modisto de barrio al diseñador de las divas?
Cosano: Con ambición, sin dudas. Siempre quise más. No me avergüenza decir que quise tener mi casa, vestirme bien, viajar. Sabía que no quería vivir esa pobreza digna para siempre. Cuando la vida me llevó a la moda, lo tomé en serio, con responsabilidad. Me costó mucho llegar a tener un nombre, un estilo, una clientela fiel. Y también tuve golpes de suerte: el primer vestido que me encargó Susana cuando se probaba en el baño azulejado de mi primer taller, o que Mirtha confiara en mí para vestirla en sus almuerzos, tener a la mamá de Messi como clienta fueron momentos claves.
Noticias: Elegir la alta costura viniendo de pocos recursos fue una jugada.
Cosano: Claro, pero tuvo sentido. Me gustaba lo artesanal, lo único. Y además sabía que hacer vestidos de fiesta o de novia era más rentable que el prêt-à-porter. Me encantan el brillo, el drama, lo teatral. Está en mi ADN.
Noticias: ¿Siente que fue rechazado por el mundo de la moda en algún momento?
Cosano: Totalmente. Desde que empecé. Por usar brillo, por venir de un origen humilde, por no pertenecer a ciertos círculos. Vi mucha hipocresía en la moda, pero lo mío siempre fue trabajar, y por eso quizás duré. Y con el tiempo, la coherencia paga. Hoy miro para atrás y entiendo que ese rechazo me hizo más fuerte. Pero aprendí algo: no quiero convertirme en una persona resentida porque la vida es una sola. No quiero vivir con envidia ni mala energía. Cuando siento que algo negativo me ronda, me hago un auto-chequeo y me digo: “Esto no sos vos”.
Noticias: ¿Nunca pensó en bajar la cortina?
Cosano: Muchas veces. Soy muy exigente conmigo mismo. Me pregunto si es momento de parar. Pero siempre aparece algo que me entusiasma. Mi terapeuta me dice: “Vas camino a ser un clásico”. Tal vez ya no tengo la energía para vestir a 14 novias un sábado como antes, pero eso también es parte del crecimiento.
Noticias: ¿Qué lugar ocupa su familia en este recorrido?
Cosano: Todo. Cuando empecé, pensé: “Si me salvo yo, se salvan todos”. Traje a mi mamá, que fue la primera en ayudarme con la costura; después vinieron mi hermano, mi hermana, mi cuñada. Hoy sigo con mi hermano Fabián, que se encarga de los bordados. Es una simbiosis total: trabajamos a distancia y coincidimos en todo. Eso me sostiene, me ancla.
Noticias: También lo sostiene Ángel, su marido y compañero de toda la vida.
Cosano: Con Lino estamos juntos hace casi 40 años. Y tengo modistas que están conmigo desde hace más de 25. Soy estructurado, sí, pero no acumulador. Me puedo desprender de una casa, de un auto, de ropa. Lo que no puedo soltar son los afectos.
Noticias: Siempre se lo ve sonriente ¿Siente que es una persona feliz?
Cosano: Te diría que más que feliz, me considero una persona gánica. No me quiero quedar, no me quiero estancar, y si no tengo una meta, me la propongo, porque son las ganas que tengo de vivir y creo que eso se transforma en definitiva en felicidad. No me permito estar mal. He tenido golpes fuertes, tanto personales como laborales, pero siempre seguí adelante. No me gusta la queja, no me gusta criticar.
Noticias: ¿Tiene tocs?
Cosano: (Risas) ¡Soy súper obsesivo con mi ropa! En el vestidor, todo está por gamas de colores. Las medias, por tonos. ¡y no me cambies una de lugar porque me descompenso! Me encanta tener ropa porque de chico no la tenía y me vestía horrible. Me convertí en un dandy tardío.
Noticias: ¿Cómo ve la moda actual?
Cosano: Me preocupa la pérdida del oficio. Veo prendas mal cortadas, mal cosidas. Y me indigna. Hay muchos diseñadores nuevos que se saltean el aprendizaje. Yo soy muy respetuoso del trabajo artesanal, del buen coser. Y la alta costura, que muchos dieron por muerta, para mí sigue viva. Me gusta el lujo, pero el lujo bien hecho. No el banal.
Noticias: Nunca vistió a una primera dama, pero en su desfile aniversario estuvo Karina Milei junto a su madre, ¿cómo se forjó ese vínculo?
Cosano: Me llamó porque le gustaron unos trajes que había hecho a Amalia “Yuyito” para su programa, y uno que usó cuando estuvo con el presidente. Cuando vino al atelier le dije: “Te voy a tratar como a cualquier clienta”. Y así fue. Más allá del cargo, sigue siendo una mujer más que lleva mi ropa. Me gustó que tuviera esa sencillez. En el desfile coincidieron, y fueron muy amables y cordiales a pesar del revuelo periodístico que se armó.
Noticias: ¿Y el futuro?
Cosano: En diez años me gustaría estar tirado al sol en Miami. Viajar. Disfrutar. Pero mientras tanto, sigo. Me divierte la tele, me gusta brindar servicios, regalar vestidos. Soy feliz trabajando. Pero, sobre todo, soy gánico: tengo muchas ganas de vivir.