Roberto Perdía, exjefe de Montoneros, fue despedido en un velatorio que tuvo banderas peronistas, figuras de los setenta y hasta una cantata montonera. Estuvo a cargo del Juglar de la Libertad, el guitarrista y cantante invitado al adiós a una de las personalidades más controversiales de aquella década.
Perdía, de 82 años, murió el miércoles. Llegó a ocupar el tercer lugar de mando dentro de la organización peronista, debajo de Roberto Firmenich y Fernando Vaca Narvaja. Se inició en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) en 1969. Tras el inicio de la última dictadura militar, se exilió a Madrid. Y en 1979 lanzó desde la capital española la llamada «contraofensiva» de Montoneros.
Su despedida evocó el espíritu de aquellos años. Ocurrió el jueves, en la Federación Gráfica Bonaerense, adonde llegaron figuras del peronismo y de la militancia setentista. Algunos de ellos se unieron para una cantata montonera.
Todo quedó registrado en redes sociales, con un video que se viralizó. El momento también quedó captado por Francisco Alvero, el cantante que incentivó la cantata colectiva a centímetros del cajón abierto que llevaba los restos de Perdía.
Somos la sangre de aquellos compañeros / ya derramada que el pueblo no ha olvidado, / libres o muertos pero jamás esclavos
Es montonero, el grito es peronismo, / es la esperanza, tenemos que luchar. / Es montonero, el pueblo es el camino, / Perón o muerte, socialismo nacional.
Es el fragmento de la Marcha Montonera, una zamba que Alvero tocó en la guitarra y cantó con algunos de los presentes.
«¡Palmas!», pidió, enfundado en un poncho y con sombrero y bufanda wiphala. Sin interrupciones, pegó otros versos llegados de aquellos años: «Memoria de los basurales (El Aramburazo)», del grupo de folklore Huerque Mapu, que tuvo que exiliarse a México por la dictadura.
Dónde está el fusilador / el de la Libertadora / Mayo 1970. / No saben dónde está ahora.
Quién se llevó al asesino, / al asesino de Valle. / Quién se pregunta la gente / en sus casas y en sus calles.
Será vigilia en armas / para alcanzar sentencia / la noche combatiente / de manos encendidas.
Fue por esa memoria / de viejos basurales / que alumbró montonera / la luz amanecida.
Suerte de la dictadura / anda de afloje y perdida. / Con puebladas y guerrillas / le vino la recaída.
El cantante terminó con los brazos en alto, reconocido con un aplauso general. La pareja de Perdía lo miraba, empapada en lágrimas, junto a los restos del excomandante montonero.
El salón de la Federación Gráfica Bonaerense estuvo decorado con banderas alusivas. La más grande, de Montoneros, con el logo de la agrupación que cruza un fusil y una tacuara. Justo por delante, entre el emblema y el ataúd, una cruz religiosa. Sobre el ataúd, otras banderas. Y las paredes tapizadas con coronas de flores dedicadas al «Pelado», como lo conocían.
Fernando Esteche, Emilio Pérsico y Fernando Vaca Narvaja fueron algunos de los asistentes al adiós a Perdía. Ninguno compitió con el cantante.
Francisco Alvero se presenta como «juglar y cantante» de registro tenor. Se hace llamar «El Juglar de la Libertad» o «El Juglar de la Paz Mundial». También se autodenomina en sus redes sociales «Guerrero de la Pacha y Arco Iris».
En las últimas semanas lanzó la búsqueda de «cantantes lírico populares, músicos, actores, actrices, clown, bailarines» para su próximo proyecto. Lo define como un «ciclo de obras breves de teatro musical político».
De hecho, ya anticipó en un podcast de creación propia el tono de esas obras. En su canal de YouTube se puede seguir, capítulo a capítulo, su última creación: «El Peluca y la Milica».