Los incendios forestales que desde hace semanas jaquean a la provincia de Córdoba recrudecieron muy fuerte este viernes, ya desde la madrugada con dos focos de gran intensidad que obligaron a la evacuación preventiva de pobladores en áreas rurales y alrededores de Capilla del Monte y Chacaní. Hay indicios de que podrían haber sido provocados adrede con bidones de nafta por razones desconocidas.
Unos 300 bomberos trabajaron durante el día y la noche con apoyo de aviones hidrantes y helicópteros para sofocar el foco principal en las cercanías de Capilla del Monte. Las autoridades mantienen el alerta de «extremo riesgo” de fuego en toda la provincia. La confluencia de factores no podría haber sido peor: posible presencia de piromaníacos, extrema sequedad y ráfagas de viento muy fuertes que extendieron al fuego de manera incontrolable e impidieron durante horas el uso de aviones y helicópteros para combatir llamas en bosques donde alcanzaron los 15 metros de alto.
Hay 350 evacuados
Al menos 350 personas evacuaron sus casas en las dos localidades más afectadas. No hay heridos graves aunque un policía tuvo quemaduras leves al rescatar a una octogenaria en el paraje San Esteban en la zona de Punilla Norte. Fue Jorge Acevedo, quien vio a Matilde Trabalon sola y desorientada en una tranquera, rodeada de humo. El efectivo se la llevó rápidamente a pie y las llamas alcanzaron el vehículo policial, que se quemó.
En la ciudad de Capilla del Monte el fuego fuerte comenzó en las primeras horas del viernes –1 a.m.– en la zona de Dolores. Luego se extendió y quemó todo el cerro Las Gemelas. En la noche del viernes, dentro de la ciudad, apenas se respiraba un poco de humo, pero se ven las llamas en la base del cerro Uritorco. El final de todo esto está abierto.
En Capilla del Monte evacuaron a 54 personas y dos domicilios fueron arrasados por las llamas. La Ruta Nacional N°38 continuaba cortada de manera preventiva.
El otro foco de incendio, de menor intensidad, es en cercanías de la localidad de Chacaní, 250 kilómetros al oeste de la capital provincial, en zona de pastizales. Un lugareño declaró: «Estamos rodeados de por el fuego como nunca en la historia». Las autoridades reiteraron que hay una alerta extrema por riesgo de incendios forestales y que las condiciones se mantendrán al menos hasta el próximo lunes.
El “placer” de incendiar
La policía de Córdoba informó que detuvo este viernes a un hombre de 31 años por haber intentado provocar un incendio en los pastizales: le secuestraron un bidón de combustible en Capilla del Monte. Los vecinos denunciaron que «portaba un bidón de 10 litros de nafta e intentaba prender fuego». Le gritaron, el hombre rió cínicamente y huyó. Pero lo persiguieron, lo encontraron escondido detrás de un árbol y la policía lo detuvo. Lo identificaron como Julio Omar Aguirre.
Las imágenes que han trascendido son infernales con cortinas de fuego y humos generalizados tapando parte del cielo. Los bomberos seguirán trabajando en las zonas de Capilla del Monte, Los Cocos, La Cumbre y Chancaní donde se quemaron varias viviendas. «Se busca que el fuego no avance, pero el trabajo es riesgoso dada la baja humedad relativa del ambiente y las fuertes ráfagas de viento del sector este», informó el Gobierno provincial.
En 2024 Córdoba ha reportado 1.500 incendios forestales, la mayoría en los últimos tres meses con un saldo de 30.000 hectáreas afectadas. Según las autoridades, casi la totalidad de estos incendios fueron causados por residentes.
El dolor de Ninci
La periodista Mercedes Ninci manifestó su personal dolor por los incendios que destruyeron su casa en Dolores de Punilla, a 6 kilómetros de Capilla del Monte. «Llegué a mi casa, prendí la tele y vi el fuego en mi pueblo. Tenía el miedo más profundo: que la cámara empezara a hacer un paneo y llegara a mi casa, la casa de la familia de mi mamá». Ninci agregó que durante la mañana del viernes charló con vecinos del pueblo, amigos, primos, pero no pensó que el fuego llegaría con «tanta intensidad». La periodista contó que su hogar se llama «Flor de Durazno» y consideró: «Es muy fuerte porque yo tuve una infancia bastante triste y cuando íbamos a Dolores, era como que todo renacía, todo relucía, todo… Nos juntábamos toda la familia y los amigos, todos los años. Los febreros son sagrados para nosotros en Flor de Durazno. Estoy muy mal. La casa rosa es nuestra, está llegando el fuego. Es tremendo, es la casa donde fui feliz toda mi vida».