Apenas se entra al despacho de Emilio Monzó, diputado y armador de la campaña presidencial de Mauricio Macri en 2015, llama la atención una pizarra rectangular de esas que se escriben con fibra y que está de pie, apoyada contra una pared. Tiene escritas letras que parecen siglas, aunque no lo son. RL, FR, MP, FM, ML, AA, MS, LM, JZ, FG y JZ, entre otras más.
Se trata de las iniciales de Horacio Rodríguez Larreta (RL), Florencio Randazzo, Miguel Pichetto, Facundo Manes, Martín Lousteau, Álvaro Gónzalez, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy y los peronistas Julio Zamora, Fernando Gray, Juan Zabaleta.
La presencia de esos tres peronistas y de los radicales parece por ahora más una expresión de deseos que otra cosa, aunque hace poco el ex jefe de Gobierno porteño reapareció públicamente en una charla con Zamora, intendente de Tigre y rival de los Massa en ese pago.
Lo cierto es que el continente de lo que se conocía como Juntos por el Cambio estalló en varios pedazos. Del PRO, por ejemplo, una parte se fue abiertamente con los libertarios (el de Patricia Bullrich).
Otro sector, el alineado con Mauricio Macri, acompaña la gestión de Javier Milei pero varias veces desde una posición de incomodidad, como se vio en el tratamiento de la reforma previsional y del presupuesto universitario.
Y otra pata, la de Larreta, Álvaro González y Oscar Agost Carreño, integra una tercera línea.
Aún es embrionario, pero entre algunos de los que figuran en esa lista de deseos que figuran en la pizarra de Monzó empiezan a trabajar en el armado de una tercera vía electoral para la elección legislativa del año que viene.
Muy en lo básico, la línea política es una: ni con Milei ni con Cristina Kirchner.
Desde afuera asoma como una aventura, sobre todo cuando el electorado se muestra demasiado polarizado. ¿Hay espacio para una tercera opción?
Apuntan a conservar las bancas que pondrán en juego en las legislativas del año que viene (se les vence a los bonaerenses Monzó, Stolbizer, López Murphy y Randazzo, aparte de a otros integrantes del bloque Encuentro Federal que comparten en Diputados, pero de otros distritos como la socialista Fein, dos peronistas cordobeses y Agost Carreño).
Viaje a Suipacha
De cara a la elección, intentarán articular con el sector de la UCR más duro y también con la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Sostienen que al menos en la provincia de Buenos Aires tienen partidos de sobra para poder competir.
“La alternativa electoral es por demanda, no por oferta. Vamos crecer gracias a Milei. Él nos pone otra vez en carrera”, argumenta Monzó, quien fue presidente de Diputados durante toda la presidencia de Mauricio Macri. Y agrega: “De la polarización de la locura se va a pasar a la mesura”.
Pese a que mantenía una amistad personal y familiar con Macri -sus mujeres son amigas-, al final de la gestión de Cambiemos el vínculo quedó roto. Lo empezaron a reconstruir.
Se juntaron tres veces en los últimos meses, aunque únicamente para hablar de política. La última, a solas, fue en la oficina que tiene el ex presidente en Vicente López. Antes habían compartido un asado en la quinta del ex ministro de Trabajo Jorge Triaca.
Horacio Rodríguez Larreta, Monzó, Massot y Álvaro González se mostraron en una actividad con un productor agropecuario el viernes pasado en la bonaerense Suipacha, para hablar de la situación del sector.
La situación de González es rara: aún pertenece al bloque del PRO. Es un diputado clave porque integra el poderoso Consejo de la Magistratura por disposición del propio Macri, lo que indica el grado de confianza que le guarda.
Aún falta para saber qué harán los peronistas Gray, Zabaleta y Zamora. Pero tienen en común que están enfrentados a la actual conducción del PJ bonaerense.
El nuevo armado recién arranca. Sus ambiciones por ahora son bajas: llegar al menos al 10% de los votos en 2025 en la Provincia. Se verá.