La inflación en Argentina sigue siendo un tema central de discusión, pero para Juan Carlos de Pablo, la conversación va más allá de las cifras. En una entrevista radial, el destacado economista resaltó los últimos datos oficiales que mostraron una desaceleración de los precios, aunque también alertó sobre riesgos estructurales que podrían poner en peligro cualquier avance sostenido a largo plazo.
Si bien el economista reconoció que «hay una desaceleración de la inflación que no se puede negar», hizo hincapié en que este cambio comenzó a notarse a principios de 2024, pese a las dudas que algunos analistas manifestaron. De acuerdo con él, «las estimaciones privadas y los datos oficiales están en línea», lo que indica que los registros del INDEC reflejan adecuadamente la realidad económica.
En la entrevista concedida a Radio Mitre, aseveró estar preocupado por el aumento en dólares del costo de producción de cualquier cosa». Conforme analizó, este incremento afecta directamente la competitividad del sector productivo, lo que podría, a largo plazo, anular las mejoras logradas gracias a la desaceleración de la inflación.
En relación con el tipo de cambio y el peligro de mantener el atraso en un escenario inflacionario, dijo que este último «es un término técnico; lo que realmente ocurre es un aumento de los costos en dólares». Según De Pablo, ajustar el tipo de cambio sin una necesidad concreta podría terminar afectando negativamente a la producción local. «No observo un atraso cambiario que ponga en peligro la economía, por lo que no tomaría decisiones precipitadas».
Los problemas metodológicos para medir la inflación
Otro de los puntos clave que abordó dl economista resultó ser la metodología utilizada para medir la inflación. En ese sentido, recordó que durante los años de Guillermo Moreno al frente del INDEC había una marcada diferencia entre las estimaciones oficiales y las privadas.
No obstante, destacó que bajo la dirección de Marco Lavagna, «no hay dibujo». Más alla de las críticas que ciertos sectores han planteado sobre la validez de la actual canasta de consumo, De Pablo aseguró que los datos actuales no están distorsionados.
«Lo que sabemos es que con Lavagna no hay manipulación de datos», reiteró, destacando que, más allá de que existen problemas metodológicos en todos los países, en el nuestro se está trabajando en una nueva canasta que mejorará la precisión de los indicadores. Sin embargo, señaló que «el problema metodológico es común en todos los lugares».
«El preocupante aumento de costos en dólares «
Respecto del nivel de actividad económica, aseveró que «los números dicen que dejó de caer a mediados de año y empezó a recuperarse desde entonces». De hecho, según datos recientes del PBI, se aprecia una leve reactivación en varios sectores. No obstante, según expresó el incremento de costos en dólares es preocupante, puesto que afecta la competitividad de las empresas locales. «Si el Banco Central sigue comprando reservas, el tipo te va a mirar como diciendo, ¿qué apuro tengo?».
Por otro lado, hizo una advertencia acerca de los efectos negativos que produciría una devaluación apresurada, más que nada en un contexto donde el Banco Central logró acumular reservas en los últimos meses. «No hay que tomar decisiones en base al salto devaluatorio y si aparece, te jodes. Pero si vos tomás la decisión en base al salto devaluatorio y no aparece, también te jode».
En referencia a la política económica del presidente Javier Milei, De Pablo aclaró que «hoy no tenés un compromiso formal con el tipo de cambio», y puntualizó que el contexto actual no puede compararse con la convertibilidad de los 90 ni con la «tablita» de Martínez de Hoz.
Lo que sí es un reto para el país, según sus palabras, es el aumento de la inflación en dólares. «Cualquiera se da cuenta de esto; por eso ya no hay más uruguayos acá en la Ciudad de Buenos Aires». Y resaltó que «la falta de turistas extranjeros es un indicador claro de que los costos locales se han vuelto prohibitivos«.
Relaciones personales y su impacto limitado en la economía
Finalmente, acerca del efecto que podría tener para la gestión de Javier Milei el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump fue escéptico. «No exageremos. Trump tiene una agenda de trabajo en la cual Argentina, como ítem específico, aparece recién en el número 800.000″, pero reconoció que las relaciones personales entre líderes pueden tener cierto impacto, pero «no se puede depender de ellas para sostener la economía local».
Si bien no hizo ningún pronóstico, De Pablo aclaró que el país tiene serios desafíos: inflación en dólares y un encarecimiento de los costos que complican la actividad productiva. Por lo que «la clave está en sincronizar la eliminación de restricciones que favorezcan tanto la importación como la producción local».
Y concluyó: No tengo ningún problema, mi querido amigo, que se funde una empresa porque el dueño no es idóneo, pero que se funda por los impuestos que le ponen Milei, Kicillof o el intendente Moyano, eso sí que es una barbaridad».