El incendio que destruyó parte de la catedral de Notre Dame en abril de 2019 abrió una inesperada oportunidad para explorar sus profundidades históricas.
En febrero de 2022, durante los trabajos preparatorios para la reconstrucción de su aguja, arqueólogos realizaron un descubrimiento extraordinario: fragmentos del coro alto, una joya de la escultura gótica que había estado enterrada durante más de tres siglos.
Excavaciones arqueológicas en medio de la reconstrucción
El plan inicial de restauración, que busca reabrir la catedral en diciembre de 2024, incluyó excavaciones para garantizar que la instalación de 770 toneladas de andamios no dañara posibles restos históricos.
Dirigido por Christophe Besnier y su equipo del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva, el proyecto inicialmente contemplaba solo cinco semanas de trabajo y una profundidad máxima de 25 centímetros.
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Sin embargo, las expectativas fueron rápidamente superadas. Se desenterraron más de 1,000 fragmentos de esculturas y arte, incluyendo dos ataúdes de plomo, tumbas y magníficas esculturas de piedra caliza que se encontraban enterradas a mayor profundidad. “Los restos resultaron ser mucho más ricos de lo esperado”, señaló Besnier.
Un hallazgo excepcional: el coro alto de Notre Dame
El descubrimiento más relevante fue el del coro alto, una estructura de piedra caliza de cuatro metros de altura que databa del siglo XIII. Este coro, desmontado en el siglo XVIII, había desaparecido de la vista pública. Su diseño original servía para:
- Narrar la Pasión de Cristo mediante esculturas pintadas.
- Proporcionar privacidad a los sacerdotes durante los servicios litúrgicos.
Entre las piezas rescatadas destaca un Cristo sin vida, esculpido con una delicadeza extraordinaria, donde aún se aprecian restos de pintura roja en la herida de su costado. Este hallazgo reafirma que las esculturas góticas de Notre Dame originalmente estaban pintadas en colores vivos, un detalle que había sido olvidado con el tiempo.
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Una obra maestra desmantelada por la modernidad
El coro alto estuvo en pie durante cinco siglos hasta que, en la década de 1710, fue desmantelado por orden del rey Luis XIV. Este prefería un diseño más abierto, que incluyera esculturas monumentales de él y de su padre, Luis XIII. Aunque las piezas fueron desmontadas y fragmentadas, no abandonaron la catedral debido a su carácter sagrado.
Durante las excavaciones, los arqueólogos recuperaron unos 700 fragmentos con restos de pintura que ofrecen nuevas pistas sobre el aspecto original de la catedral. Sin embargo, se cree que gran parte del coro aún permanece enterrada, fuera del alcance de las excavaciones actuales.
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Notre Dame: un símbolo que renace
A pesar de las dificultades iniciales, las excavaciones arqueológicas no retrasaron el cronograma de restauración. La nueva aguja ya se está construyendo y la catedral reabrió sus puertas el 8 de diciembre de 2024.
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El hallazgo del coro alto no solo enriquece la historia de Notre Dame, sino que también recuerda la importancia de proteger el patrimonio cultural. Aunque queda mucho por explorar bajo el suelo de la catedral, estos descubrimientos destacan cómo incluso una tragedia puede ofrecer una oportunidad para conectar con el pasado.
Cuando los visitantes regresen a Notre Dame, caminarán sobre un suelo que guarda secretos históricos recién desenterrados, testigos de una historia milenaria que resurge del fuego.