miércoles, 22 enero, 2025
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Las reservas del BCRA son el punto débil del plan Caputo y Trump suma una nueva luz amarilla

El Banco Central cerró 2024 con un nivel de compras récord por u$s18.654 millones, y en lo que va de este año mantiene la racha compradora y acumula un saldo favorable de u$s1.517, Sin embargo, las reservas brutas no mejoran a ese ritmo, mientras que las reservas netas están en niveles negativos altos. Y en las últimas semanas se empezó a conformar un combo de factores que prende luces amarillas sobre este frente cambiario. Para las consultoras, la escasez de reservas sigue siendo el talón de Aquiles del programa económico.

Entre esos factores que ponen en riesgo la posibilidad de acumular reservas, hay causas locales y exógenas. Entre los primeros, crece el peligro de una sequía que ya impactó en la producción de maíz y puede comprometer la cosecha de soja, y la decisión de reducir el crawling peg de 2% a 1% mensual a partir de febrero también conlleva riesgos al profundizar el atraso cambiario, lo que afecta por el flujo de dólares por la vía turística, y también puede afectar la competitividad de los sectores exportadores.

En cuanto a los factores exógenos, está latente la amenaza de Trump de aplicar aranceles a las importaciones que podría desatar una guerra comercial con China, con el consiguiente impacto en el precio de los commodities, y la devaluación del real brasileño.

En este contexto, con la asunción de Trump y tras la reunión que mantuvo el domingo el presidente Javier Milei con la directora-gerente del FMI, Cristalina Georgieva quien calificó de «excelente» el encuentro, el foco del mercado está puesto en la posibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI que incluya recursos frescos para fortalecer las reservas y facilitar la salida del cepo. En ese sentido, una misión del organismo internacional arribará a Buenos Aires el sábado para avanzar en las negociaciones.

El Banco Central compra dólares, pero las reservas no levantan: las razones

El BCRA arrancó la semana con un saldo neto comprador de u$s2 millones por su intervención en el mercado cambiario oficial en una jornada atípica de escasa actividad por ser feriado este lunes en Estados Unidos. De esta manera, la entidad monetaria alargó la racha compradora a 14 ruedas seguidas y acumula en lo que va de enero un resultado positivo de u$s1.517millones.

La consultora FMyA enumeró los drivers que impulsan las compras:

1) Agro: el sector está liquidando u$s1.200m en el acumulado del mes, más de lo esperado (u$s150 milllones por encima de diciembre), y se espera que liquide u$s2.000 millones,

2) Las importaciones no están «saltando», a pesar de la quita del Impuesto PAIS y

3) Préstamos y Colocaciones de Obligaciones Negociables. En este sentido, indicó que «en los primeros 10 días del mes, hubo u$s427millones de préstamos financieros (que se liquidan en el MULC), y se colocaron u$s1.170 millones de ON Obligaciones Negociables».

Pese a la racha compradora elevada para esta época, el stock de reservas brutas el lunes se ubicó en u$s30.592 millones con lo cual en lo que va del mes crece u$s980 millones, mucho menos que las compras.

Los analistas de la sociedad de Bolsa Cohen S.A. destacaron que la diferencia «entre la variación de reservas y las compras en el MULC se explicaría por tres factores: el desarme de encajes bancarios; las intervenciones del BCRA para mantener contenido el valor CCL; y el los vencimientos con organismos internacionales y a bonistas de la deuda».

En ese contexto, en Cohen también estimaron que las reservas netas son negativas en un «aproximado de u$s4.300 millones que se ampliaría a -u$s6.600 millones al considerar los vencimientos corrientes de BOPREAL».

Por su parte, los analistas de PPI esgrimieron: «Esta semana será clave ver si el volumen operado en los bonos GD30 y AL30 sigue en niveles elevados o si empieza a mermar significativamente. Este será el primer termómetro para medir el grado de intervención del BCRA en los dólares financieros. Por ahora, la intervención sería inferior a las compras que realiza el BCRA en el mercado oficial de cambios. Será clave que esto se mantenga de esta manera para que el mercado no lea que en el neto el BCRA empieza a perder reservas».

Reservas: el talón de Aquiles del plan de Luis Caputo

Tras el primer año de gestión de Milei, los éxitos del programa han sido la baja de la inflación que el año pasado cerró en 117,8% frente al 211% de 203, y el superávit fiscal que en 2024 fue de 12,8% del PBI, el mayor resultado fiscal positivo en 14 años.

Pero la falta de reservas sigue siendo el talón de Aquiles. En ese sentido, la consultora EconViews afirmó que sigue siendo una amenaza latente para la sostenibilidad del programa económico y «el principal obstáculo» para concretar la salida del cepo.

«El principal obstáculo hoy es que las reservas internacionales netas sigan negativas, con lo que hay muy poco margen para enfrentar potenciales problemas en el sector externo. Esto marca una diferencia importante respecto de otros países de la región como Brasil, Uruguay o Chile donde las reservas representan más del 10% del PBI, lo que en Argentina implicaría contar con por lo menos unos u$s60.000 millones de dólares», comparó

La consultora precisó que «en Argentina alrededor de un 55% de la deuda está en moneda extranjera, con lo que los pagos de los servicios de intereses y de amortización de capital dependen crucialmente de que el BCRA pueda conseguir reservas para atenderlos».

Reservas: se encienden las luces amarillas

El BCRA anunció la semana pasada que el ritmo del crawling peg se reducirá de 2% a 1% mensual en febrero, con lo cual a apreciación cambiaria se profundizará, en un complejo contexto internacional y una creciente sequía que afecta la cosecha gruesa, y lo cual enciende una  alerta para las reservas.

En el actual contexto de apreciación cambiaria, en EconViews proyectan «un deterioro en la cuenta corriente en 2025, pasando de un superávit de u$s2.500 millones a un déficit de u$s3.800 millones».

«Esto implica que nuevamente dependeremos de financiamiento fresco para que las reservas netas no se deterioren aún más. Estos fondos pueden venir del FMI y de otros organismos multilaterales, o de nuevas alternativas como el Repo por u$s1.000 millones de dólares que hizo el BCRA recientemente con cinco bancos internacionales», señaló.

A su vez, en Max Capital también remarcaron que «la reducción del crawling exacerbará aún más la apreciación de la moneda«. Y pronosticaron: «Con el tiempo, creemos que la apreciación de la moneda llevará a un déficit en cuenta corriente, que estimamos en un 1% del PIB para 2025. Con los precios de los bienes no transables avanzando a un ritmo superior al 3% mensual, la moneda se apreciará al menos un 5% más para abril».

«De cara al futuro, para extender las compras de divisas, el Gobierno necesitará que las exportaciones favorezcan el contrapeso de las importaciones crecientes, lo que requiere una cosecha razonable», afimaron. En ese sentido, en Max Capital resaltaron que las recientes noticias «son una señal de advertencia».

«La cosecha 2024/2025, que hasta hace unos meses parecía ser una de las mejores de los últimos años, se ha visto comprometida después de un mes sin lluvias. Como resultado, la Bolsa de Rosario ajustó sus previsiones a la baja, con el maíz proyectado en alrededor de 48 millones de toneladas (frente a las 53,5 millones estimadas inicialmente) y el escenario base de soja de 53 millones de toneladas ha sido descartado, probablemente moviéndose a un escenario por debajo de los 50 millones de toneladas».

Además, alertó que «los precios de las materias primas continúan cayendo, con los precios de la soja un 22,8% por debajo del año pasado, el maíz -2,7% y el trigo -12,2%; estimamos pérdidas de alrededor de u$s1.500 millones hasta ahora, pero la cifra podría aumentar».

En sintonía, la consultora FMyA sostuvo que «la sequía: es un hecho en el maíz, y aún no en la soja».

«Se esperan lluvias en próximas semanas, y más en febrero. Pero habrá sequía ‘moderada’. Hoy la soja tiene 21% de sequía, cuando en 2023 para esta fecha ya era 54%. Por eso, podríamos recortar u$s2.000 millones de menos dólares«, calculó.

La consultora Equilibra aseveró: «Lamentablemente el pronóstico de Niña débil hasta el otoño implica que la probabilidad de que se repitan altas temperaturas con escasas lluvias hasta finalizar el verano es significativa, por lo que la cosecha gruesa (soja y maíz) no superaría la campaña pasada. Y en un contexto de precios bajos y retenciones elevadas, esto implicaría menores exportaciones de la agroindustria».

Por su parte, el analista Salvador Di Stefano destacó en su cuenta de la red social X que «la devaluación del 1% mensual le quita rentabilidad a los sectores exportadores, por ende el Gobierno debe acelerar la baja de impuestos ligados a la exportación, como los derechos de exportación. en especial a la soja que tiene el 33%».

Reservas: los factores exógenos de riesgo del gobierno de Javier Milei

Asimismo, la consultora Equilibra advirtió que «los factores exógenos relevantes para nuestra economía se están desalineando» y «jaquean la estrategia oficial afectando el ingreso genuino de divisas, exigiendo mayor influjo de capitales privados y/o financiamiento público en moneda dura».

Por un lado, subrayó que «el precio de la tonelada de soja permanece debajo de los u$s400 desde agosto de 2024 y no hay perspectivas de una mejora significativa en el corto plazo, incluso si la sequía afecta la producción local, porque se espera una supercosecha de Brasil».

«Más aún, la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos ha elevado las previsiones de mayores exportaciones de aceite norteamericanas por menor demanda]/uso de interno de biocombustibles. En particular, el Departamento de Agricultura de EE.UU. prevé un aumento del 45% de los volúmenes exportados de aceite de soja estadounidense en 2025, lo cual impactaría negativamente en su precio internacional», alegó.

En Equilibra destacaron que, tras el triunfo electoral de Trump, «hay un contexto internacional más complejo (las tasas de los bonos del Tesoro subieron, se debilitaron las commodities y las monedas emergentes, crisis en Brasil y las dificultades de la economía china)».

«Será clave seguir la situación económica de China, segundo socio comercial de Argentina después de Brasil. Se espera que las tensiones con USA escalen lo que dispararía una segunda guerra comercial. El presidente alertó con imponer nuevos aranceles a productos de China, Canadá, México», resaltó.

En ese contexto, Equilibra consideró que «la estrecha relación» de Milei con Trump «aumenta las chances de alcanzar un acuerdo con el FMI favorable a la posición del Gobierno», pero juzgó que «difícilmente puedan compensar un viento de frente externo combinado con una sequía que reduzca la cosecha gruesa».

«Ojalá que la amenaza de Trump de una nueva guerra comercial con suba de aranceles a China y otros países del mundo no se concrete, y que llueva a tiempo en la zona núcleo para reducir al mínimo las pérdidas de la cosecha gruesa», anheló la consultora.

De igual diagnóstico, en Balanz previenen un fortalecimiento del dólar a nivel global, lo cual suele ir acompañado de una caída en los precios internacionales de las materias primas, afectaría el valor de las exportaciones argentinas, lo que toma mayor relevancia en un «momento crítico» para la acumulación de reservas.

En sintonía, el grupo SBS afirmó que «los factores exógenos, como la acelerada depreciación reciente del real brasileño y precios internacionales de la soja en mínimos reales no visto desde 2006, presionan sobre la competitividad, y a estos factores exógenos debemos sumarle los potenciales efectos de las políticas fiscales y comerciales del nuevo gobierno de EE.UU».

Al respecto, Juan Manuel Franco, economista jefe de SBS explicó «el mercado internacional seguirá de cerca los anuncios de Trump, en especial vinculados a aranceles a importaciones hacia su país y a medidas con impacto fiscal; recordamos que, en principio, las políticas fiscales y comerciales de Trump tendrían como consecuencia un dólar más fuerte a nivel mundial, mayores tasas de interés de mercado en dólares y presión a la baja en precios de materias primas».

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