viernes, 31 enero, 2025
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Colisión aérea en Washington: Cómo ocurrió el accidente en uno de los espacios aéreos más controlados del mundo?

Las autoridades investigan cómo un Black Hawk y un avión de pasajeros chocaron en el aire antes de caer al río Potomac. (REUTERS/Carlos Barria)

El trágico accidente aéreo ocurrido en el espacio aéreo de Washington, D.C., considerado uno de los más controlados y seguros del mundo, dejó perplejos a expertos en aviación y autoridades. Un helicóptero militar Black Hawk del Ejército de los Estados Unidos, con tres tripulantes a bordo, colisionó en pleno vuelo con un avión comercial de American Airlines que transportaba a 64 personas.

El impacto se produjo momentos antes de que el avión estuviera por aterrizar en el aeropuerto Washington National, lo que resultó en que ambas aeronaves cayeran al helado río Potomac el miércoles 29 de enero por la noche.

El espacio aéreo sobre la capital estadounidense es conocido por su complejidad y estrictas regulaciones, ya que diariamente se gestionan cientos de vuelos civiles y militares. Además, la proximidad de lugares sensibles como la Casa Blanca y el Capitolio añade restricciones adicionales.

Sin embargo, según explicó el consultor en aviación Philip Butterworth-Hayes al diario británico BBC, este accidente ocurrió en un punto crítico donde convergen diferentes sistemas de aviación, tanto civiles como militares, lo que podría haber contribuido al incidente. “Es en estas intersecciones donde suelen ocurrir la mayoría de los accidentes”, señaló el experto.

El helicóptero militar estaba realizando ejercicios nocturnos desde Fort Belvoir con tripulación experimentada cuando ocurrió la tragedia. (EFE/EPA/Jim Lo Scalzo)

El área de Washington, D.C. cuenta con múltiples aeropuertos importantes, como el Washington National, el Washington Dulles International y el Baltimore/Washington International Thurgood Marshall, lo que genera un flujo constante de tráfico aéreo.

Según el experto británico en aviación John Strickland, citado por la BBC, esta situación no es única, ya que ciudades como Londres o Nueva York enfrentan desafíos similares en la gestión del tráfico aéreo. Sin embargo, lo que distingue a la capital estadounidense es la gran cantidad de vuelos militares que operan en la zona.

El helicóptero involucrado en el accidente, un Black Hawk perteneciente a la Compañía B del 12.º Batallón de Aviación, había despegado de la base militar de Fort Belvoir, en Virginia, como parte de un ejercicio de entrenamiento nocturno.

Según el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, la tripulación del helicóptero estaba compuesta por pilotos experimentados que participaban en una sesión anual de entrenamiento destinada a perfeccionar el uso de instrumentos para vuelos nocturnos. Este tipo de ejercicios es habitual en la zona, ya que las unidades militares deben estar preparadas para operar en el denso y regulado espacio aéreo de la capital.

Las dos aeronaves eran claramente visibles en los sistemas de los controladores aéreos. (EFE/EPA/Jim Lo Scalzo)

De acuerdo con los reportes oficiales de la FAA ambos vehículos aéreos estaban en contacto con el control de tráfico aéreo en el momento del accidente. Imágenes de radar obtenidas por CBS News, socio informativo de la BBC, muestran que las dos aeronaves eran claramente visibles en los sistemas de los controladores aéreos.

Además, grabaciones de audio revelan que el helicóptero recibió instrucciones de “pasar detrás” del avión comercial y confirmar si lo tenía a la vista. Poco después, los controladores se percataron de la colisión y comenzaron a redirigir otros vuelos hacia aeropuertos cercanos.

El consultor Philip Butterworth-Hayes explicó que para que ocurra una colisión en el aire, deben fallar múltiples sistemas de seguridad. En el caso del helicóptero militar, este debería haber estado equipado con un transpondedor que alertara a las aeronaves cercanas sobre su posición.

Además, tanto el avión como el helicóptero contaban con sistemas de protección independientes y recibían instrucciones del control de tráfico aéreo. “Ambos sistemas deberían haber sido suficientes para mantener a las aeronaves separadas”, afirmó Butterworth-Hayes.

Ambos vehículos aéreos estaban bajo control de tráfico aéreo en el momento de la colisión, revelan reportes oficiales. (REUTERS/Kevin Lamarque)

Uno de los aspectos que podría haber contribuido al accidente es la velocidad reducida del avión comercial, ya que estaba en fase de aproximación para aterrizar. Según John Strickland, esta etapa del vuelo hace que las aeronaves sean más vulnerables, ya que cualquier evento inesperado deja poco margen de maniobra para los pilotos. “Si ocurre un choque importante, no hay tiempo suficiente para reaccionar, incluso si la tripulación sobrevive al impacto inicial”, explicó el experto.

Por otro lado, el consultor Neil Hansford, con sede en Australia, señaló que este tipo de colisiones plantea preguntas específicas para las autoridades de aviación de los Estados Unidos. Según Hansford, en regiones como Europa o Australia, existen regulaciones más estrictas sobre las rutas de vuelo, lo que podría prevenir incidentes similares.

Además, Butterworth-Hayes destacó la necesidad de investigar si el helicóptero estaba probando nuevos procedimientos o sistemas que pudieran haber influido en el accidente.

La última vez que un avión comercial estuvo involucrado en un accidente fatal en los Estados Unidos fue en febrero de 2009, lo que subraya la rareza de este tipo de eventos en un país con estrictas normas de seguridad aérea. Según la BBC, los expertos coinciden en que este tipo de colisiones son inusuales debido a los múltiples niveles de control y supervisión que existen en el espacio aéreo estadounidense, especialmente en áreas tan sensibles como Washington, D.C..

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