«El mundo tiene problemas, pero, como nunca antes, nosotros estamos bien». Se lo dijo el ministro de Economía, Luis Caputo a los hombres del campo en el marco de Expoagro. Refleja el estado de ánimo de un funcionario clave que está convencido de que los planetas terminarán de alinearse una vez que se anuncie el acuerdo con el FMI.
Caputo dijo que «el año que viene será mejor», y en su equipo explican con números cuál es el escenario que vislumbra el Gobierno a partir del segundo semestre.
El ministro es optimista, incluso, ante el cada vez más complejo escenario internacional, donde crecen los temores de una recesión en el marco de la guerra comercial declarada por Donald Trump. El funcionario dijo que «antes, cuando el mundo se resfriaba, Argentina sufría una fuerte gripe. Estamos atentos, el mundo tiene problemas, pero nosotros tenemos un fuerte superávit y la macro ordenada, algo que nunca tuvimos. No me preocupa, estamos bien».
Exultante, el jefe del Palacio de Hacienda hasta se animó a imitar un grito de guerra de Cristina Kirchner: «Vamos por todo», dijo Caputo, y destacó que «la gente que valora la recuperación de la estabilidad y la previsibilidad».
El ministro destaca que ahora los sectores productivos pueden planificar y que variables claves como la inflación, el tipo de cambio y la deuda con importadores tienden a normalizarse.
Y sostiene que el Gobierno seguirá en este camino de reducir el gasto para poder seguir bajando la inflación. Y promete más bajas de impuestos.
Como ejemplo de la transformación de la Argentina, Caputo contó que en Expoagro las solicitudes de crédito al Banco Nación para comprar maquinaria ya superaron los u$s .000 millones.
El acuerdo con el FMI, casi sellado: cuántos dólares contempla y cómo se devolverán
El funcionario viene entusiasmado porque está convencido de que es inminente el cierre del acuerdo con el FMI. En el Gobierno creen que la aprobación por parte del directorio del organismo se concretará sin problemas.
Al tratarse de un programa de facilidades ampliadas, el plazo y la tasa ya están definidos. Será a 10 años, con 4,5 años de gracia e intereses por cerca de 6,5% anual.
Según analistas, esta estructura ya permite estimar que, como piso, el acuerdo será por unos u$s18.000 millones, que son los vencimientos de capital que la Argentina debía enfrentar en 4,5 años, hasta noviembre del 2029.
Ese monto se irá desembolsando a medida que vayan ocurriendo los vencimientos, no a la firma. Son divisas que ingresan por una puerta giratoria, que despeja el horizonte de vencimientos de la deuda.
El decreto presentado por el Gobierno no presenta objeciones desde el organismo multilateral.
Según Economía, el nuevo acuerdo implicará que la Argentina evidencie una caída en el riesgo país, un retorno al mercado internacional de capitales e ir refinanciando vencimientos y acumulando reservas.
Postergar los vencimientos con el FMI es central. El organismo es acreedor privilegiado siempre. En caso de crisis, cobran primero. Luego los tenedores de bonos.
Sin pagos al FMI hasta el 2030, y con equilibrio financiero, el riesgo país debería ir a niveles más razonables y permitir el retorno del país al financiamiento externo.
Ya hay cálculos por demás optimistas de bancos internacionales sobre el acuerdo. Esas estimaciones dicen que si los fondos frescos llegaran a ser de hasta u$s10 mil millones, se alcanzaría un paquete total de hasta u$s28 mil millones, sumando los u$s 18 mil millones para atender vencimientos de capital con el propio Fondo.
Los compromisos del Gobierno con el FMI
Solo en concepto de intereses a pagarle al FMI en 4,5 años hay cerca de u$s6.000 millones.
En el mercado dan por hecho que como parte del nuevo acuerdo el dólar blend irá desapareciendo, con el fin de reforzar las reservas. Y también le ponen fecha de caducidad al crawling peg.
Y el gobierno argentino se comprometería a aplicar una mayor velocidad en el levantamiento de los controles de capitales, para derivar en el levantamiento del cepo cambiario antes de fin de año.
En el equipo de Caputo destacan que el acuerdo con el FMI llegará en el momento justo, ya que en abril arranca la liquidación fuerte de divisas del agro.
El BCRA irá recomponiendo reservas no solo por el refuerzo del FMI, sino también por la llegada de la cosecha de soja.
Por eso hubo preocupación por poner en caja rápida el conflicto con los gremios aceiteros, que llegaron a paralizar el puerto de Rosario.
En el marco del programa con el Fondo, el Gobierno se compromete a utilizar los dólares frescos para recapitalizar el BCRA y asegurar los pagos al propio organismo hasta fines del 2029.
Analistas de mercado destacan que la economía argentina atraviesa un proceso de transformación, marcado por la búsqueda de estabilidad financiera y la recomposición de reservas.
Especialistas destacan que el superávit fiscal alcanzado en los últimos meses representa un cambio en la política económica del país, pero también advierten que el control del tipo de cambio y la evolución de las reservas seguirán siendo determinantes para la recuperación económica.
Señalan que la estrategia del Gobierno deberá apuntar a consolidar la confianza de los inversores y garantizar la disponibilidad de divisas para afrontar sus compromisos.
El FMI reacciona con optimismo ante los cambios de Javier Milei
La Argentina es el principal deudor del FMI -por delante de Ucrania y Egipto-, por lo que para el organismo arribar a un acuerdo también es un paso clave.
El Tesoro enfrenta vencimientos con el FMI por u$s2.500 millones durante 2024 y u$s12.700 millones en lo que resta de la gestión.
El FMI ha llevado adelante acuerdos de financiamiento con diversos países a lo largo del mundo, acumulando un stock de préstamos por u$s 144.900 millones hacia finales de 2024.
Para especialistas GMA Capital, la percepción de Argentina en el FMI ha mejorado mucho, posicionándola como un caso atípico entre los países con programas vigentes. Igual, el débil nivel de reservas sigue siendo un factor de preocupación para el organismo.
Según cálculos del FMI, la relación entre reservas y necesidades del país debería situarse entre 1 y 1,5. Actualmente, Argentina se encuentra por debajo de ese rango con un coeficiente de 0,65. A pesar de la mejora respecto a 2023, la situación sigue siendo frágil, con reservas brutas en u$s28.100 millones y netas en -u$s 4.328 millones.
En lo que todos los analistas coinciden es que uno de los grandes objetivos del Fondo Monetario es que los dólares ingresados no sean absorbidos por el mercado de cambios.
De cumplirse el plan oficial, las reservas del BCRA podrían alcanzar los u$s50.000 millones a principios de 2026.
Para llegar a ese objetivo, el balance cambiario deberá pasar de terreno negativo a positivo. En enero sufrió un déficit de unos u$s1.700 millones. Y en los últimos ocho meses, el rojo fue de unos u$s9.000 millones.
No fue aún mayor gracias al endeudamiento en dólares del sector privado. Pero esa estrategia tiene un techo que se está empezando a alcanzar.