Jorge Bergoglio heredó de su padre Mario la pasión por San Lorenzo, y con apenas nueve años comenzó a forjar su identidad futbolera en los tablones del emblemático Gasómetro de Avenida La Plata.
El camino de Bergoglio en la fe lo llevó a tener una mayor exposición, y en su discurso público San Lorenzo siempre fue un tema recurrente, desde el recuerdo del campeón de 1946, equipo que dejó huella en el joven Jorge y también en la historia del Fútbol Argentino, hasta su pedido a la Guardia Suiza Pontifica para que lo tengan al tanto de los resultados.
Bergoglio no cambió su pasión por San Lorenzo ni siquiera al convertirse en el Papa Francisco, asumiendo el rol de máximo líder de la Iglesia Católica. El “Santo” de Boedo mantuvo un feedback constante con quien fuera, para muchos, el personaje más importante de la historia argentina, y es común encontrar imágenes del sumo pontífice con la camiseta Azulgrana.
Socio 88235 del club, autoridades de San Lorenzo han declarado públicamente que Bergoglio, asociado en 2008, siguió pagando su cuota luego de su elección como papa y mudanza al Vaticano.
Visitado por Maradona, Messi, y cientos de leyendas del deporte, Francisco inmortalizó una frase futbolera a pocos meses de iniciar su papado. En 2013 y en respuesta a un periodista argentino, lanzó “Que gane San Lorenzo”.
Poco después, el 6 de agosto de 2014, San Lorenzo lograba el hito más importante de su historia consagrándose campeón de la Copa Libertadores por primera vez.
San Lorenzo ha sido un denominador común en la vida de Bergoglio, y la pasión futbolera un tema ineludible en el legado de Francisco.
NZ