Muy de vez en cuando la natación, disciplina que Argentina no domina, saca a flote una promesa. Hoy se trata de Agostina Hein, bonaerense de Campana, 17 años, que venía de ser figura en el agua en los Panamericanos de la Juventud de Asunción, con ocho medallas, y en dos días ganó el oro en 400 combinados y la plata en 800 libre del Mundial Juvenil en Rumania.
Es, sin duda, la figura nacional de la disciplina, por presente y proyección. Naturalmente y tan rápido como se nadan 50 metros, aumentará su caudal de exposición y aparecerá hasta en la sopa.
Agostina Hein.
Para los que no son tan ajenos al medio, al ver la foto de Agostina se les vendrá el recuerdo de Delfina Pignatiello. Sorprendentemente son muy parecidas en rostro y logros. La especialista en distancias largas también salió campeona mundial juvenil (dos oros en Indianápolis a los 16 años) y la rompió en un Sudamericano, con ocho medallas a los 17. Sus marcas le entregaron incluso el pasaje para los Juegos Olímpicos. Parecía que tenía todo para realizarse en la pileta, pero no. Apenas a los 22 años se retiro.
Delfina Pignatiello.
La sanisidrense fue víctima en una pelea de David contra Goliath pero sin la gomera. Cuando se le ocurrió, con 19 años, ser voz de los deportistas olímpicos que pedían autorización para salir del encierro por la pandemia y poder entrenarse, le cayó todo el peso oficialista de los pro cuarentena. Y ya en los JJ.OO., ante resultados lógicos para nuestro país que no está en condiciones de competir con el resto, también la destrozaron en las redes. “Necesito priorizar mi salud mental”, dijo en su despedida ante el asombro de quienes la querían bien y el regocijo de los que no.
Hein es quien ahora muestra su sonrisa gigante al mismo tiempo que las ilusiones de una adolescente que solo quiere cumplir sus sueños. Cuidémosla para que pueda, al menos, intentarlo.
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